“Perdón por llegar tarde”, dijo el Pontífice al llegar, -después de visitar antes a otros cinco dicasterios lo que le produjo un pequeño retraso-, acompañado sólo de un gendarme, sin ningún despliegue de policía, fotógrafos o camarógrafos.
El Santo Padre fue recibido por monseñor Celli quien le dio la palabra a cada uno de las personas que desempeñan tareas en el dicasterio para que se presenten y expliquen brevemente al Papa el trabajo que realizan.
“Así –relata el padre Beramendi- las veinte personas que trabajamos en estas oficinas nos dirigimos “cara a cara” al Papa diciéndole quiénes éramos y qué hacíamos, sin ocultar nuestro nerviosismo reflejado en la voz de algunos de nosotros”.
“Pregúntenme lo que quieran”, les dijo Francisco, y “de pronto hubo un silencio de no saber qué decir, la verdad es que no estamos acostumbrados a que el Papa venga y te diga ‘pregúntame lo que quieras’, contó el sacerdote boliviano Beramendi, quien señaló que “una vez roto el hielo con un par de preguntas, el papa Francisco nos fue hablando de la experiencia que él tiene con la red social Twitter y que sus mensajes que llega a muchísima gente, nos habló también sobre la percepción que él tiene de la comunicación y de la transmisión del Evangelio, recalcando que la base de todo consejo la encontraremos en su primera encíclica que él escribió: Evangelii gaudium; aunque precisó que la enseñanza que todavía no se ha superado es la exhortación apostólica escrita por Pablo VI Evangelii nuntiandi sobre el anuncio del Evangelio”.
No es una encíclica verde, es social
“Seguidamente el Pontífice se refirió a su nueva encíclica, Laudato si’, presentada ese mismo día y aclaró “que no se trata de una encíclica verde, sino de una encíclica social”, y explicó que el tema central de esta carta es “el repensar y expresar en nuevas formas la doctrina social de la Iglesia” y que reflexiona sobre la ecología es decir sobre la creación de Dios.
“Quiso expresarnos, continúa el padre Beramendi su realto, su preocupación sobre la destrucción de la creación debido a la voluntad del ser humano de hacer progresar al mundo y alcanzar el bienestar, se ha llegado a un punto donde se ha empezado a destruir el mismo mundo, así –nos explicó el Papa– que una cultura se puede convertir en una contra-cultura y que por esta razón él ha querido escribir esta encíclica para replantear la Doctrina Social de la Iglesia, “no toda, pero al menos en parte”, no aclaró el Papa.
Bendición para Bolivia
Al final del encuentro, que duró cerca de 40 minutos, el padre Ariel tuvo oportunidad de intercambiar con el Pontífice un saludo más personal: “le entregué al Papa el libro ‘Coloquios con el cardenal Terrazas’ ya que pronto viajará a Bolivia y Francisco me dijo: “che!, mandale un saludo a Terrazas que ya pronto voy a verlo”.
Asimismo, el Papa le bendijo al padre Beramendi, una imagen de la milagrosa Virgen María de Urcupiña, patrona de la arquidiócesis de Cochabamba y según indica el sacerdote: “me acompaña desde el primer día que vine a Roma”.
“Conozco muy bien esta imagen, le dijo Francisco, en Buenos Aires los bolivianos la festejan mucho”.+
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