Mons. Hesayne: “La corrupción hay que combatirla, no sólo denunciarla”
“Sin pesimismo, con realismo se ha de reconocer que vastos sectores de nuestra sociedad argentina se han sumido en un grado alarmante de corrupción. Con el mismo realismo se ha de afirmar, en Argentina corrupta hay como ‘bolsones’ de gente honesta, de corazones solidarios y de una Iglesia que, si bien no se liberó de la corrupción ambiente, conserva y surgen numerosos fieles dispuestos a aceptar el desafío que le dejó Jesús de ser luz y levadura de una convivencia fraterna, en armonía de derechos y obligaciones”, diferenció.
“Una Iglesia que por fidelidad al Evangelio arriesga combatir la corrupción”, subrayó.
Frente a la corrupción, el prelado sugirió a quienes tienen fe que escuchen la Palabra de Dios que impulsa a combatirla.
“La humanidad sometida a la decadencia espera liberarse gracias a quienes llevados por el Espíritu de Dios son capaces de enriquecerla con valores plenamente humanos que restablezcan relaciones dignas del ser humano. Es el proceso de la liberación de la deshumanización. Proceso que instaura Jesús con quienes escuchan su Evangelio y lo ponen en práctica en lo cotidiano de la existencia humana. Va a llevar mucho tiempo volver a comprender a Jesús y su Evangelio. Muchos más sembrarlo en los corazones de una ciudadanía corrupta o indiferente ante la corrupción”, advirtió.
Tras reconocer que “hay que desandar siglos, aún al interior de la Iglesia”, recordó que “ciertos ‘maestros’ de espiritualidad cristiana han conducido a las comunidades cristianas a encerrarse en actos de piedad un tanto al margen del Evangelio. Han alterado el mandato de Jesús de transformar el mundo en un mundo fraternalmente habitable”.
“Precisamente Jesús es el Dios que se hace hombre para que la humanidad sepa y sea capaz de vivir en el gozo de familia de Dios. Por eso, sigue actual la voz de orden de San Juan XXIII de ‘volver a las fuentes’ y escuchamos en nuestros días la voz de orden de nuestro Francisco con su genial expresión ‘Iglesia en salida’”, pidió.
Monseñor Hesayne explicó que “para los católicos ‘volver a las fuentes’ significa encarar la historia de humanidad con la misma fe en Jesús y su Evangelio como la encararon en su época, los cristianos de los orígenes de la Iglesia. Urge conocer el Evangelio de Jesús y transparentarlo en relaciones humanas: familiares, laborales, recreativas, sociales, económicas, políticas. Tal cual les pedía San Pablo a los cristianos en su época corrupta” y recomendó leer el capítulo 12, versículos del 1 al 4, de la Carta a los Romanos, “para ponerse a combatir la corrupción argentina”.+
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