“Tanto en sus palabras como en sus signos, el Señor pone con frecuencia los lazos familiares como ejemplo de nuestra relación con Dios. La sabiduría encerrada en esos afectos familiares, que ni se compran ni se venden, es el mejor legado del espíritu familiar y Dios se revela - quiere revelarse! - a través de este lenguaje”, subrayó.
Ante la multitud reunida en la Plaza de San Pedro, el pontífice sostuvo que “la fe y el amor de Dios purifican los afectos familiares del egoísmo y los protegen del degrado. Los abre a un nuevo horizonte que nos hace capaces de ver más allá, de ver a todos los hombres como una sola familia. De ese modo, quien hace la voluntad de Dios y vive en su amor, es capaz de ver a Jesús en el otro y de ser para él un verdadero hermano”.
Francisco afirmó que “llevar este estilo familiar a todas las relaciones humanas nos hará capaces de cosas impensables, sería una bendición para todos los pueblos y un signo de esperanza sobre la tierra. Se da ahí una comunicación del misterio de Dios más profunda e incisiva que mil tratados de teología”.
“Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Que el Señor nos ayude a que las familias sean fermento evangelizador de la sociedad, ese vino bueno que lleve la alegría del Evangelio a todas las gentes”, concluyó.+
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