La jornada inaugural se inició con la recepción de la imagen de la Santísima Virgen y de San José. Junto a ellos se dio la bienvenida a las instituciones educativas y a todos los educadores. También se hizo presente la Palabra de Dios, que guía la acción docente y la “revolución de la ternura”, invocando: “Bienaventurados los que buscan la paz porque ellos serán llamados hijos de Dios”. Por último, recibieron la Luz que simboliza a Cristo, para que los docentes sean sus testigos en vida y verdad en las comunidades educativas.
“Los representantes legales tienen que estar mirando más allá”
El presbítero José Álvarez, presidente del Consudec, dio la bienvenida a todas las comunidades, especialmente las más lejanas, y las comparó con la Epifanía, porque los Reyes Magos hicieron un largo camino esperando el cumplimiento de la espera de su corazón. Les deseó a todos que este encuentro les pueda colmar la espera del corazón de cada uno de ellos.
El director manifestó su deseo de que este encuentro sirva para hacer un camino de ternura en la educación. Además, expresó la necesidad de un cambio en la educación, argumentando que “estamos demasiado quietos, anquilosados y el aula es imagen de lo que pasa en la escuela”.
Además, consideró que no basta con poner una computadora en el aula, porque “podemos cambiar los instrumentos pero se sigue haciendo lo mismo”, por lo tanto “es necesario capacitar a los docentes para mirar la realidad de una manera nueva”. El sacerdote llamó además a “estar atentos a la realidad, a los datos, a los cambios necesarios” y aseguró que “los representantes legales tienen que estar mirando más allá”.
“No se trata de innovar por innovar”, continuó el director, y llamó “cambiar la estructura de trabajo en el aula” y a reconocer que es una realidad la educación personalizada, “para que aquellos que tienen más facilidad para alguna cosa, investiguen y profundicen, para que aquel al que le cuesta tenga un tutorial con la compañía del docente, para que se ayuden unos a otros y compartan los que van produciendo”.
“Tenemos un grave error en la implementación del trabajo en el aula, y el que no llega a los logros propuestos, puede sentirse tranquilamente marginado, y tal vez alcanzó más de lo que podía, pero por eso no es menos, sino diferente”, reconoció, y consideró que “el problema es qué escuela queremos nosotros”.
“Vos como Representante Legal ¿qué defendes? ¿al alumno? ¿a la educación o la autonomía de un poder que te asegura un trabajo tranquilo? Y esto último hace que la escuela esté como está desde hace 50 años”, planteó.
El sacerdote se refirió además a la gestión del aporte estatal y aseguró que “una gran corrupción llega a debilitar a los trabajadores en tiempos en que sus derechos están vulnerados”. Además, afirmó que “todos los manejos oscuros debilitan la capacidad de libertad de educación”.
“¿No tenemos que incluir en nuestras escuelas chicos que no pueden pagar? ¿No deberíamos abrir los corazones a que la gente nos sienta parte de sus problemas, de sus pobrezas? Sin embargo, acabamos siendo patrones”, arrojó.
El director consideró también imprescindible una fiscalización seria de la administración de los fondos, y una presencia real del representante legal en la institución: “No se debe cargar a los directivos y secretarios con las tareas propias del Representante Legal”, sostuvo.
“El alumno es el centro de la situación, hacia él se dirige todo. No puede el representante legal estar ajeno a esta situación, porque son ustedes los que nombran directivos y docentes. Y si son necesarios cambios se debe ser claros en el camino hacia donde tenemos que ir”, continuó.
Finalmente, llamó a los educadores a “atraer el corazón, desafiando la razón” de los alumnos. No alcanza con “hacer la propuesta”, aclaró: “Hace falta hacer un camino, tenemos que ayudarlos a hacer el camino y hacerlo con ellos. Este fuego no puede apagarse, debemos tomarnos en serio el corazón humano en toda su plenitud”.
“Señores Representantes Legales, ¿tienen estos educadores en tu colegio? Y si no los tienen, ¿los están formando? ¿Tiene lugares de formación para estos educadores? ¿Invierten en ellos? ¿Por qué hablamos de esto a los Representantes Legales? Porque son los responsables de marcar el rumbo de los colegios”, concluyó.
Los abusos sexuales: “un golpe que reclama una respuesta”
En otro momento de la jornada, el licenciado Juan Ignacio Fuentes tuvo a cargo el panel “Violencia en la escuela. Nuevas miradas para nuevas prácticas”, en el que abordó casos de abusos de niños por parte de consagrados, a través de un testimonio escrito de una víctima.
El profesional presentó las políticas de protección de la Infancia y consideró que “los abusos sexuales en el seno de la Iglesia son un golpe que reclama una respuesta: ante todo con verdad, pedido de perdón y reparación, y fundamentalmente, prevención”.
“La Convención para los derechos del niño marcó un camino, pero esto ya había sido anticipado por Jesús en el Evangelio”, expuso, y enumeró los tipos de abuso: sexual, emocional, maltrato físico, negligencia (falta de seguridad). “Se trata de que las instituciones católicas prevengan por medio de políticas todos estos tipo de abusos”, explicó, e hizo hincapié en cuatro “pilares” de las políticas institucionales.
Por un lado, la creación de un clima institucional capaz de prevenir abusos. En segundo lugar, la formación inicial y permanente de educadores. Por otro lado, la generación de programas sistemáticos interdisciplinares que acompañen a niños y adolescentes, y finalmente la participación social de la escuela católica en organismos de protección de los derechos del niño.+
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