El prelado recordó la Cuaresma como “un tiempo de conversión”, “que anuncia y realiza la posibilidad de volver al Señor con todo el corazón y con toda la vida”.
“Esa conversión significa ‘’metanoia’, es decir, cambio de mente”. “Así, estamos llamados a renovar nuestro pensamiento, pensar de otro modo, es decir, mirar la vida de una forma distinta, esto es, mirar todo con los ojos de Jesús”, explicó.
“No dejemos que el mundo nos tape con sus preocupaciones e ilusiones o con propuestas engañosas que quizás puedan ser atractivas pero no llenan el corazón. Vayamos a la Palabra de Dios para dejarnos transformar por esa Palabra”, manifestó.
Asimismo, animó a transformarnos sobre todo “con el ‘dulce remedio’ del ayuno, la caridad y la oración”. “Estas tres prácticas nos ayudan a purificarnos, a cambiar la mentalidad y a renovarnos interiormente para hacer nueva nuestra vida en Cristo y para celebrar la Pascua de Resurrección”, afirmó.
“¡Este es el tiempo de conversión! Y del cambio de mentalidad que nos llevará como consecuencia a cambiar nuestra conducta, nuestro modo de obrar. Por eso los invito a vivir a esta aventura cuaresmal para experimentar qué grande y qué bueno es el Señor con nosotros”, concluyó.+
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