"El misterio de los fallecimientos, las muertes trágicas, las matanzas que se hacen de un lado o del otro; a veces no concuerdan con que se merecen ese castigo, en realidad nadie tiene derecho de matar a nadie; pero sí, las cosas pasan y pasan de un lado y del otro", señaló el prelado.
"Es cierto -prosiguió- que ninguno sabe cuántos días le va agregar a su vida, o cuánto tiempo vamos a vivir, porque no sabemos. Hay tantos imprevistos, tantas dificultades, ¡hay tantas cosas!, por lo tanto, como no sabemos, debemos estar preparados. Preparados para vivir en este hoy, en la presencia de Dios. Preparados para vivir en serio y dar la vida en serio hoy, no dejarla para más adelante porque el “más adelante” quizá sea nunca.
"Por otra parte, hay que dar las cosas en vida: en vida se ama, en vida se sirve, en vida se es fiel, en vida se acompaña y se transmite bondad a los demás".
"Todos tenemos que dar frutos. En el relato del Evangelio de la higuera, durante tres años se esperaron sus frutos y ella no dio nada; ¿qué querían?, podarla, cortarla, sin embargo el dueño dijo “déjenla un año más”; nos habla de la paciencia de Dios. Esa paciencia que nos tiene a nosotros pero que no nos permite abusar de ella. Dios nos tiene paciencia pero no abusemos de esa paciencia", expresó monseñor Frassia.
"Por eso la Cuaresma es el tiempo de la escucha atenta de la Palabra de Dios, de la conversión, de la respuesta, de la caridad. Hay que convertirse y todos tenemos esa posibilidad porque Dios nos tiene paciencia", concluyó el obispo de Avellaneda-Lanús.+
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