“No estamos ajenos a la amplia brecha que se abre entre los privilegiados de la sociedad y la marginación de los excluidos que cuentan con mínimos recursos para una calidad de vida digna: lo que reviste carácter de obligatoriedad y que en nuestro tiempo debería ser normal, ya no lo es”, señaló.
En ese sentido, consideró: “La grave situación actual se nos presenta como desafío a los profesionales de la salud, que fuimos llamados a una vocación sublime en el cuidado de la fragilidad humana en todas las etapas de la vida”.
Por otra parte, advirtió sobre “una ‘ideología de colores’ que relativiza la vida y la familia provoca un individualismo con pérdida de vínculos que impiden el diálogo, siendo el aborto y la eugenesia signos de muerte que amenazan y atentan contra la inviolable e intransferible integridad de la vida humana”.
“La contradicción entre lo que se dice y lo que se hace, debe llamar a una reflexión profunda en el momento de elegir a nuestras autoridades, porque la necesidad de trabajar en la defensa de la vida requiere celeridad y es una prioridad cuando se manifiesta en una comunidad social unida al deseo de un Estado que manifieste explícitamente su responsabilidad en el cuidado del bien común”, afirmó. “Es en ese ámbito, donde los gobernantes que surgen por elección de los ciudadanos, son los responsables directos de que no existan desigualdades en el acceso a los bienes relacionados con la salud”, sostuvo.
“Queremos ser Nación, una Nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común”, expresó, citando la Oración por la Patria, “donde se encuentran también los que no pueden manifestar su voz, siendo víctimas del pluralismo político e ideológico, que privilegia la muerte con leyes que legitiman la eliminación directa de un ser humano inocente y no acepta una verdad que la propia biología reclama”, alertó.
“Estamos inmersos en una gran cultura mediática, donde situaciones de transgresión a la ética también son evidenciadas a través de los medios de comunicación, dejando de lado aspectos éticos en la dimensión personal y profesional”, aseguró la doctora.
Refiriéndose al concepto “compromiso por el bien común”, consideró que “manifiesta también una política de gestión sanitaria que acompañe los procesos en el cuidado a nuestros profesionales del equipo de salud que, actuando sin discriminación de ninguna naturaleza, puedan disponer de libertad en el ejercicio de su profesión y de condiciones tecnológicas que les permitan actuar con independencia y garantía de calidad”.
“En un mensaje a la Asociación Católica de Profesionales de la Salud, el papa Francisco en la Ciudad del Vaticano, expresa que el profesional de la salud también corre el riesgo de convertirse en un número y ser ‘quemado’ por turnos de trabajo demasiados duros, señalando el impacto del estrés de las emergencias y el impacto emocional”, recordó. “Es importante que los profesionales de la salud tengan garantías adecuadas en su trabajo, reciban el reconocimiento adecuado por las tareas que realizan y puedan usar las herramientas adecuadas para estar siempre motivados y capacitados”, citó.
“En el marco del proceso electoral en la Argentina y próximos a cumplir con una obligación y derecho, nuestra libertad y responsabilidad, reflejo de una fidelidad ética al servicio de la vida, también debe centrarse en el valor fundamental de la vida que no se negocia, parece superfluo recordarlo porque es absolutamente obvio, pero hay que hacer notar que en la actualidad se procesa a un médico por ser fiel a su vocación de salvar vidas”, lamentó.
“Queremos ser Nación, con la sabiduría del diálogo en la diversidad y la invitación al que se sienta excluido, generando espacios de encuentros participativos y centrada en la alegría de la esperanza que nos muestra que una felicidad vivida en individualidad, no conduce a alimentar proyectos de vida”, concluyó.+
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