Francisco en Rumania: “La Iglesia Católica participa en el espíritu nacional rumano”

Francisco en Rumania: “La Iglesia Católica participa en el espíritu nacional rumano”

Bucarest (Rumania) (AICA): El papa Francisco llegó a Rumania para una visita apostólica de tres días en clave ecuménica, donde en su primer discurso ante las autoridades aseguró que “la Iglesia Católica no es extranjera, sino que participa plenamente en el espíritu nacional rumano” y rindió su homenaje a los sacrificios de tantos hijos e hijas de este país que “enriquecen con su cultura, su idiosincrasia y su trabajo los países donde emigraron”.
El papa Francisco llegó este viernes a Rumania para una visita apostólica de tres días en clave ecuménica y en el que recordará a los perseguidos durante el régimen soviético, beatificará a siete obispos mártires y visita a una comunidad gitana, entre otros actos.

“Me complace estar en su zara frumoasa (tierra hermosa), veinte años después de la visita de san Juan Pablo II, y en el momento en que Rumania, por primera vez desde que se unió a la Unión Europea, preside en este semestre el Consejo Europeo”, afirmó el pontífice en el palacio presidencial de Bucarest tras escuchar al presidente Klaus Werner.

“Durante este tiempo, Rumania se ha comprometido en la construcción de un proyecto democrático a través del pluralismo de las fuerzas políticas y sociales, y del diálogo recíproco en favor del reconocimiento fundamental de la libertad religiosa y la plena integración del país en el amplio escenario internacional”, destacó.

El Papa los alentó a “seguir trabajando para consolidar las estructuras e instituciones necesarias que no sólo den respuesta a las justas aspiraciones de los ciudadanos, sino que estimulen y permitan a su pueblo plasmar todo el potencial e ingenio del que sabemos es capaz”.

“Pienso en las consecuencias que todo esto puede tener sobre la calidad de vida en esos territorios y el debilitamiento de sus más ricas raíces culturales y espirituales que los sostuvieron en la adversidad”, recordó.

En este sentido, Francisco propone “aumentar la colaboración positiva de las fuerzas políticas, económicas, sociales y espirituales; es necesario caminar juntos y decidirse todos con convicción a no renunciar a la vocación más noble a la que un Estado debe aspirar: hacerse cargo del bien común de su pueblo”.

Asimismo, insta a que cada uno “se transforme en protagonista del bien común donde los más débiles, los más pobres y los últimos no sean vistos como indeseados, como obstáculos que impiden que la ‘máquina’ camine, sino como ciudadanos y hermanos para ser plenamente insertados en la vida civil”.

“De hecho, cuanto más una sociedad se responsabiliza del destino de los más desfavorecidos, tanto más puede llamarse verdaderamente civil”, agregó.

El Papa insistió en que toda acción por el desarrollo de un país es importante la reactivación de la solidaridad y la caridad, así como “para la sensibilización de las fuerzas sociales, civiles y políticas hacia el bien común, no es suficiente con actualizar las teorías económicas, ni con las técnicas y las habilidades profesionales, aunque sean necesarias. Se trata en efecto de desarrollar, junto con las condiciones materiales, el alma de vuestro pueblo”.

En otro momento de su discurso, el pontífice aseguró que las Iglesias cristianas pueden ayudar mucho “a redescubrir y alimentar ese corazón palpitante del que brote una acción política y social que partiendo de la dignidad de la persona lleve a comprometerse con lealtad y generosidad por el bien común de la comunidad”.

También la Iglesia Católica es capaz de dar su aporte porque “quiere contribuir a la construcción de la sociedad, quiere ser un signo de armonía, esperanza de unidad y ponerse al servicio de la dignidad humana y el bien común. Desea colaborar con las autoridades, con las demás Iglesias y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad para caminar juntos y poner sus talentos al servicio de toda la comunidad”, añadió.

“La Iglesia Católica no es extranjera, sino que participa plenamente en el espíritu nacional rumano, como lo demuestra la participación de sus fieles en la formación del destino de la nación, en la creación y el desarrollo de estructuras de educación integral y formas de asistencia típicas de un Estado moderno. Por eso, desea contribuir a la construcción de la sociedad y la vida civil y espiritual de vuestra hermosa tierra de Rumania”, sostuvo.

Francisco finalizó su alocución invocando bendiciones sobre las autoridades, sus familias y sobre todo el pueblo rumano.+

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