Reconocimiento al médico Rodríguez Lastra que se jugó por las dos vidas

Carlos Traboulsi, Leandro Rodríguez Lastra y Alejandra Muchart ver más
Buenos Aires (AICA): Distintas agrupaciones firmaron ayer un compromiso por la vida y la familia en la sede del Partido Demócrata Cristiano porteño, donde brindaron un reconocimiento al doctor Leandro Rodríguez Lastra “por haber salvado las dos vidas en su lugar de trabajo, con profesionalidad y cumpliendo su juramento hipocrático, todo con la mayor felicidad”. Hablaron el presidente de ese partido, doctor Carlos Traboulsi, abogado penalista; la abogada penalista Alejandra Muchart y la médica Ana María Parini. “Salvar vidas no es delito”, dijo el doctor Rodríguez Lastra, que fue saludado con vivo afecto por los asistentes.
Distintas agrupaciones firmaron ayer un compromiso por la vida y la familia en la sede del Partido Demócrata Cristiano porteño, donde brindaron un reconocimiento al doctor Leandro Rodríguez Lastra “por haber salvado las dos vidas en su lugar de trabajo, con profesionalidad y cumpliendo su Juramento Hipocrático, todo con la mayor felicidad”.

El presidente de ese partido, doctor Carlos Traboulsi, que es abogado penalista, preguntó cómo se puede decirles a los médicos que no pueden hacer aquello a que se comprometieron al graduarse: cuidar la vida desde la concepción.

“Salvar vidas no es delito”, dijo el doctor Rodríguez Lastra, que fue saludado con vivo afecto por los asistentes, apiñados en el patio y en varias habitaciones de esa sede partidaria, ubicada en Combate de los Pozos 1051.

“No va a existir nunca una orden judicial que me obligue a usar mis conocimientos para segar la vida a nadie”, concluyó, entre aplausos, tras recibir una plaqueta de reconocimiento.

Todos los presentes leyeron al unísono el compromiso, que se titula: “Más familia menos violencia- Más vida más futuro”. Se comprometieron a la defensa y protección de los derechos de todos y en especial “de los más vulnerables como lo son los niños por nacer y sus madres en situación de mayor o menor vulnerabilidad”.

“Mi trabajo no fue extraordinario; fue muy ordinario: salvar vidas”, dijo el médico de Rio Negro. “Recibo esto por haber hecho mi trabajo, porque recibí una paciente y no la dejé morir; había un niño cuyo corazón latía en el vientre de su madre y me la jugué para que este niño naciera”.

Recordó los comienzos de sus estudios, en una familia en la que no había profesionales y cuando él iba a estudiar ingeniería, carrera que cambió para algo más humano, soñando con descubrimientos que mejoraran la vida de la gente. Y comentó sus inicios atendiendo pacientes en el conurbano bonaerense.

La doctora María Alejandra Muchart, abogada, presidenta del Movimiento de Mujeres Demócratas Cristianas, destacó el ejemplo del médico. Y la doctora Ana María Parini, de larga trayectoria en medicina y en cuestiones de bioética, estimó que al pasar de los años se ha ido deteriorando la práctica médica desde el punto de vista humanístico.

Parini recordó que el preámbulo de la Constitución Nacional invoca a Dios, fuente de toda razón y justicia. “Perdimos la racionalidad, perdimos la razón”, expresó. “Y la justicia…”, dijeron varios desde el público. La médica, que se incorporó recientemente a la democracia cristiana, recordó una cita del libro de los Proverbios: “El pueblo gime cuando gobierna el impío y el pueblo se alegra cuando gobierna el justo”.

Entre otras entidades, firmaron el compromiso Médicos por la Vida, Abogados por la Vida –había unos quince integrantes de ese nucleamiento-, Buena Data, Asociación Islámica Argentina y otras.+ (Jorge Rouillon)

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