El lunes 2 de diciembre rindieron homenaje del ámbito estatal, provincial, municipal y privado de producción y desarrollo, sectores del campo, minería e industria, federaciones y demás profesiones afines. Durante la misa, se celebraron los 25 años sacerdotales de los presbíteros Reinaldo Oviedo, párroco de Nuestra Señora de Belén y capellán de Gendarmería; y Juan Ramón Cabrera, párroco de San Isidro Labrador.
Monseñor Luis Urbanc, obispo de Catamarca se refirió al “amor de Dios, quien envía su salvación a todos los pueblos, y nosotros somos beneficiarios de ese amor salvífico de Dios”, e invitó a los presentes a rezar por los sacerdotes, “para que nunca pierdan la alegría de la misión, la alegría de ser testigos de Jesús y de María”.
Más tarde, la imagen peregrina de la Virgen del Valle vistió el destacamento del Personal Femenino de la Policía de la Provincia de Catamarca, acompañada por el presbítero Esteban Chayle, capellán de la Policía de la Provincia, y vecinos del sector. Se compartió un momento de oración y encuentro fraterno junto a la Madre Morenita.
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Por la noche, se celebró la Eucaristía de homenaje del Ámbito de la Salud estatal, privado y eclesial de la que participaron hospitales, sanatorios, Círculo Médico, Colegios Auxiliares de la Medicina, SAME, PAMI, OSEP, ECA, EMICA, la Secretaría Social de la Municipalidad de la Capital, la organización Corazón con Agujeritos y Soles, Pastoral de la Salud, Pastoral de las Adicciones y Geriátricos.
Monseñor Urbanc presidió la misa que fue concelebrada por el presbítero Ángel Pavón, asesor de la Pastoral de la Salud Diocesana. El prelado compartió en su homilía orientaciones de la Nueva Carta de la Santa Sede para los Agentes Sanitarios y les dijo: “La actividad sanitaria es un encuentro entre una confianza y una conciencia. La ‘confianza’ de un hombre marcado por el sufrimiento y la enfermedad, y por tanto necesitado, el cual se confía a la conciencia de otro hombre que puede hacerse cargo de su necesidad para asitirlo”.
Y pidió a la Virgen “por los médicos, enfermeros, enfermeras, personal paramédico, voluntarios y miembros de la pastoral de la salud, para que sean la imagen viva de Cristo y de su Iglesia en el amor a los enfermos y a todo sufriente, y, a la vez, testigos creíbles del ‘evangelio de la vida’”.
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El martes 3, en el quinto día de la novena, fue el turno de los poderes Ejecutivos Provincial y Municipales. Acompañó al obispo en el altar el presbítero Santiago Granillo, párroco del Espíritu Santo. Participaron el Intendente de Fray Mamerto Esquiú, doctor Guillermo Ferreyra, y miembros de su gabinete; la diputada nacional Verónica Mercado y algunos funcionarios provinciales.
Monseñor Urbanc evocó la figura de san Francisco Javier, patrono de la tarea misionera de la Iglesia, “un joven brillante en la universidad de la Sorbona, en París; el mundo se postraba ante él; triunfador, cautivador, elocuente, altivo. Sin embargo, Dios le puso entre sus compañeros a un hombre maduro, convertido, quien comenzó a ver en Javier un potencial hombre de Dios”.
Al concluir, pidió a la Madre del Valle: “Haz que vivamos de tal manera que podamos oír lo que Jesús nos dice: ‘¡Bienaventurados los ojos que ven lo que ustedes ven!’. Ayúdanos a ser humildes, dóciles y sencillos como Tú, a fin de que un día lleguemos a estar contigo en la eternidad y gozar de la infinita bondad de Dios”.
Hasta el domingo 8 de diciembre, el santuario mariano de Nuestra Señora del Valle continuará con amplias actividades rindiendo homenajes a la Virgen del Valle. Entre ellos, el vierens 6 se presentará en el Cine Teatro Catamarca el libro “Una historia de amor y fidelidad” y la Cantata a la Virgen del Valle, con entrada libre y gratuita.+
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