Mons. Frassia exhorta a buscar a Dios, encontrarlo y testimoniarlo


Mons. Frassia exhorta a buscar a Dios, encontrarlo y testimoniarlo




Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, compartió una reflexión en torno a la escena evangélica de la expulsión de los mercaderes del templo de Jerusalén. Explicó que el misterio central de este pasaje es la presentación de Cristo como el templo, y advirtió que el pecado de los cambistas y vendedores estaba en suplantar a Dios. Invitó a no tener una relación “de intercambio” con Dios, sino a buscarlo, amarlo y querer cumplir su voluntad.

El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, compartió una reflexión por radios del conurbano bonaerense y la capital federal en torno al Evangelio leído en el tercer domingo de Cuaresma, en el que se narra la escena evangélica de la expulsión de los mercaderes del templo de Jerusalén.

Monseñor Frassia explicó que el misterio central de este pasaje es la presentación de Cristo como el templo. “En el templo es donde se afirma la presencia de Dios; ese Templo, Cristo, se ofrece, se entrega, muere y resucita; de ahí nuestra afirmación de que ‘en tres días’ Él construirá el nuevo Templo, con su propio cuerpo y con su propio espíritu”, expuso el prelado.


El obispo también consideró que los vendedores y cambistas presentes en el templo estaban en el error porque, más allá del intercambio material, “suplantaban a Dios quedándose en ese tipo de comercio como única finalidad”.


“Esa realidad que Cristo critica, y nos hace discernir, pasa muchas veces también en nosotros porque en ocasiones nos acercamos a Dios a través de la Iglesia para obtener algo, para hacer un intercambio, un trueque, del estilo «yo doy pero vos me tenés que dar», «yo te pido esto y te ofrezco aquello»”, observó el prelado.


“Sucede –agregó- que de alguna forma, en lugar de confiar, de pedir, de alabar, de contemplar, de adorar, a veces uno quiere hacer ‘un negocio’, y creo que ahí nos equivocamos fuertemente. Porque Dios es el que nos traspasa y Él no tiene que someterse a nuestros criterios sino que somos nosotros que tenemos que someternos a su voluntad”.


Monseñor Frassia concluyó resaltando que la Cuaresma “es discernir, pensar, reflexionar, retomar, ordenar y no quedarse en cosas chiquitas” que de alguna manera justifiquen la presencia.


“No se trata de hacer algo, dar una limosna a un pobre, hacer una oración, visitar el templo, y con eso ¡ya está!, ¡ya cumplí! El cumplimiento es eso: ‘cumplo y miento’”, advirtió monseñor Frassia, quien llamó a buscar a Dios y amarlo “con todo el corazón y con toda el alma”.


“Que esta Cuaresma nos ayude a buscar a Dios, a encontrarlo y a dar testimonio de Él”, propuso.+


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