La Pastoral Social de Córdoba recordó que la paz social se construye responsablemente

La Pastoral Social de Córdoba recordó que la paz social se construye responsablemente

Protesta frente a la sede de UTA-Córdoba ver más
Córdoba (AICA): Frente a los acontecimientos que están sucediendo en la ciudad de Córdoba, donde un paro de transporte afecta el normal desarrollo de las actividades en la capital provincial, la Pastoral Social de la arquidiócesis de Córdoba expresó su preocupación por la situación y animó a las autoridades estatales y gremiales a contribuir entre todos a la paz social. “Pedimos a Dios les conceda la sabiduría y la voluntad necesaria para encontrar caminos de solución a éstos y tantos problemas que nos aquejan”, subrayó en un mensaje.
Frente a los acontecimientos que están sucediendo en la ciudad de Córdoba, donde un paro de transporte afecta el normal desarrollo de las actividades en la capital provincial, la Pastoral Social de la arquidiócesis de Córdoba expresó su preocupación por la situación y animó a las autoridades estatales y gremiales a contribuir entre todos a la paz social.

“Valoramos todos los esfuerzos que se hacen para que gocemos todos de paz social”, destacó en un mensaje a raíz de la huelga de los trabajadores enrolados en la delegación Córdoba de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) que rechazan el acuerdo paritario alcanzado por la dirigencia gremial.

La Pastoral Social advirtió que “la violencia no nos hace bien”, manifestó que “da impotencia quedar como rehenes” y recordó que “todos tenemos derechos”.

“Sabemos que a veces los conflictos no son simples de resolver. Pedimos a Dios les conceda la sabiduría y la voluntad necesaria para encontrar caminos de solución a éstos y tantos problemas que nos aquejan”, subrayó.

“Junto con nuestra oración, queremos apelar a la responsabilidad y a la buena voluntad de ustedes como dirigentes y referentes políticos y sociales”, concluyó.

Texto del mensaje

A las autoridades estatales y gremiales:

Frente a los acontecimientos que están sucediendo en la ciudad de Córdoba, queremos manifestar nuestra preocupación. Nuestro deseo es animar para entre todos contribuir a la paz social. Valoramos todos los esfuerzos que se hacen para que gocemos todos de paz más social.

Sabemos que a veces los conflictos no son simples de resolver. Pedimos a Dios les conceda la sabiduría y la voluntad necesaria para encontrar caminos de solución a éstos y tantos problemas que nos aquejan.

Junto con nuestra oración, queremos apelar a la responsabilidad y a la buena voluntad de ustedes como dirigentes y referentes políticos y sociales.

¡La violencia no nos hace bien!
Quisiéramos pedirles que no escatimemos esfuerzos por evitar cualquier gesto, acción, palabra o declaración violenta. En primer lugar, porque la violencia en cualquiera de sus formas daña el tejido social; en segundo lugar, porque de nuestros dirigentes esperamos absolutamente lo contrario. Como sociedad estamos enfermos y cansados de la violencia, la sufrimos a diario. La violencia genera más violencia.

Quisiéramos pedirles que, lejos de fomentar la violencia, sean constructores de paz social y de consenso en pos del bien común. Esperamos de ustedes el ejemplo y el esfuerzo incansable por construir un diálogo sincero que nos haga bien a todos. Anhelamos puedan garantizar y construir la paz social.

¡Nos da impotencia quedar como rehenes!
Los conflictos son parte de la vida, a veces inevitables, pero creemos que las soluciones hasta ahora propuestas para resolverlos a veces no son las adecuadas, especialmente cuando atentan contra el bien común y vulneran legítimos derechos de otros ciudadanos. Frente a tanto conflicto, termina siendo el ciudadano común, el trabajador, el jubilado, el estudiante y muchas veces los que más sufren, quienes quedan rehenes de lo que muchas veces parece ser, además de un conflicto puntual, una puja de poder. Son los mismos ciudadanos los que terminan siendo violentados por los modos en que se buscan resolver los conflictos.

No cuestionamos la legitimidad de los reclamos. Alentamos a que todos defendamos los derechos y cumplamos nuestras obligaciones, a la vez que pedimos cordialmente a los actores involucrados que revisen los modos de reclamar.

¡Todos tenemos derechos!
Finalmente nos animamos a pedirles gestos de grandeza, acorde a la función pública que desempeñan en la sociedad. Estamos seguros que las partes afectadas pueden encontrar caminos para el diálogo y así resolver los conflictos sin perjudicar a toda la ciudadanía.

Anhelamos y apelamos a tener en cuenta a tantos ciudadanos que se sienten violentados, con impotencia y fastidio, frente a los conflictos sociales de modo permanente y sistemático. Muchos ciudadanos tienen que afrontar cotidianamente situaciones muy difíciles porque la vida no les es fácil. No es justo que se le complique aún más la vida por conflictos ajenos.

Necesitamos actores sociales que den testimonio de valores que animen a los jóvenes a la construcción de una sociedad justa, fraterna y democrática por el bien de todos.+

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