El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, acompañó a los jóvenes durante el sábado 5 y les recordó que "Dios vuelve a nacer cada Navidad". El prelado impartió su bendición sobre los presentes y los animó a disfrutar del espectáculo al que definió como “epifánico”, es decir, que manifiesta a Dios hecho niño que viene a compartir su vida con nosotros.
El presbítero Alejandro José Puiggari, sacerdote acompañante del encuentro, denominó como un “milagro” que un grupo de jóvenes “sean capaces de mostrarnos que la belleza ayuda, y mucho para el anuncio de la Buena Noticia”. “El milagro de armonizar personas e historias diversas para que, en una convivencia de pocos días, la sinfonía vuelva a sonar para sacramentalizar luces, colores, climas y música...”, expresó.
“El milagro de lograr jóvenes que sean ‘testigos’ más que actores; de un público que sin darse cuenta dejan de ser espectadores para contemplar ‘la gran alborada de la humanidad, el comienzo del desposorio de Dios con los hombres y la divinización de toda la realidad temporal... de la gran gesta de Dios en los hombres, por los hombres’”, dijo al recordar las palabras del presbítero Luis María Etcheverry Boneo, fundador de la estancia Santa María de la Armonía.
Luego añadió: “La Iglesia hoy necesita más que nunca de espacios comunitarios sanos y en el que la magnanimidad del Evangelio vivido en un clima de sencillez y normalidad, venza todo temor, conformismo e individualismo autorreferencial que siempre te avinagra, envejece y ameseta el corazón”.
Los participantes de “Navidad junto al Lago” convivieron en la estancia desde el 28 de diciembre, preparando el espectáculo y ensayando cada escena. El objetivo común es: “Evangelizar a través de la belleza, queriendo llegar al público no tanto como actores sino como ‘testigos’ de aquello que creen y quieren vivir”, siguiendo el pensamiento del presbítero Luis María Etcheverry Boneo.
Informes: navidadjl@gmail.com, o en sus redes sociales, Facebook, Twitter e Instagram.+
Publicar un comentario