Mons. D’Annibale: Que el agua del bautismo nos invite a estar cerca de la gente

Mons. D’Annibale: Que el agua del bautismo nos invite a estar cerca de la gente

San Martín (Buenos Aires) (AICA): El obispo de San Martín, Mons. Miguel Ángel D’Annibale, reflexionó sobre el Evangelio de Juan que narra el encuentro y el diálogo entre Jesús y la samaritana en el pozo de agua. Esta imagen de Jesús, consideró, nos invita a los cristianos a reconocer su modo de obrar y nos invita a estar cerca de la gente.
El obispo de San Martín, monseñor Miguel Ángel D’Annibale, reflexionó sobre el Evangelio de Juan que narra el encuentro y el diálogo entre Jesús y la samaritana en el pozo de agua. “Es un diálogo muy conocido y muy típico del Evangelio de Juan”, señaló.

“Este relato está puesto en el tercer domingo de Cuaresma, porque este ciclo de lecturas que estamos leyendo en este tiempo se llama “Ciclo Bautismal”, es el que acompaña las promesas bautismales que vamos a renovar en la vigilia pascual, y también el ciclo que acompaña a las personas que quieren bautizarse en la vigilia pascual”, explicó, ya que relata “las imágenes que acompañan la vida del bautismo”.

“Por eso, a partir del pozo donde se encuentra la mujer con Jesús, aparece la reflexión sobre el agua. A partir de la semana que viene veremos la luz, y después la vida”, detalló.

En este Evangelio, “a partir de una realidad profundamente humana, un Jesús cansado, en un día caluroso, se acerca al pozo con agua, no tiene cómo sacar el agua y le dice a la mujer: ‘Tengo sed, ¿Me podés dar agua?’”, relató.

"Fíjense por dónde empieza el diálogo de Jesús con la samaritana: No empieza por los grandes temas teológicos, el pecado, la vida, la gracia, la fe… Sino por lo más sencillo, lo más necesario de la vida”, indicó monseñor D’Annibale.

“La samaritana le dice: ‘¿Cómo vos, que sos judío, me vas a pedir un poco de agua a mí, que soy samaritana? Estamos enemistados’. Hasta tal punto llegaba esa enemistad, la grieta, que no podían ni pedirse agua, no podían hablar”, destacó.

A partir de este diálogo, señaló el prelado, “Jesús empieza a desarmar las divisiones desde la realidad más sencilla y más humana de pedir un vaso de agua. Y si van siguiendo el relato, van a ver cómo poco a poco Jesús empieza a dialogar con la samaritana y va buscando su corazón”.

“Jesús tiene sed del corazón de la samaritana, tiene sed de llevar este corazón a la verdad, a la vida, a la gracia, a la vida plena, a la libertad. Todo esto lo va logrando Jesús porque la mujer empieza a reconocerlo como Señor y Mesías y a ir corriendo a buscar a su gente y decirles: ‘He encontrado al Mesías, vengan a verlo’, y se convierte en la nueva evangelizadora”, reflexionó.

“La imagen de Jesús que hace esta evangelización a partir del agua, nos invita a nosotros que somos cristianos, bautizados en el agua, a reconocer el modo de obrar de Jesús, y a vivir de tal manera que esta agua con la que fuimos bañados en el bautismo, nos invite a estar cerca de la gente, empezando por las necesidades básicas que tiene la gente”, animó.+

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