Mons. Aguer: “La educación católica y su aporte sustancial en la Argentina”

Mons. Aguer: “La educación católica y su aporte sustancial en la Argentina”




La Plata (Buenos Aires) (AICA): “Hoy se habla de una grave decadencia de la educación argentina lo que es una verdad indiscutible. Por eso quiero hablar de este serio problema argentino, expresó en su reflexión televisiva semanal Mons. Héctor Aguer, arzobispo de La Plata y presidente de la Comisión Episcopal de Educación Católica. Tras afirmar que el colegio es el receptor de todos los problemas de la sociedad, especialmente de las familias, afirmó que preocupa, entre otras cosas, la presión que desde el Estado se ejerce sobre los colegios católicos con los contenidos curriculares de diversas materias impuestas recientemente, como “Salud y adolescencia”, “Educación sexual” y “Construcción de ciudadanía”. “El Estado -denunció- pretende que en el subsistema educativo de la Iglesia se introduzca una orientación ideológica contraria a la visión cristiana del hombre y del mundo que la Iglesia enseña”.

“Hoy muchos expertos hablan de una grave decadencia de la educación argentina en su conjunto, lo que es una verdad indiscutible. Por eso quiero hablar de este serio problema argentino, expresó en su reflexión televisiva semanal monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata y presidente de la Comisión Episcopal de Educación Católica.

Tras aclarar que no iba a referirse a las soluciones porque eso escapa “estrictamente” a su “competencia” pero que sí lo haría “a los problemas que hoy afectan a la educación católica, los problemas que tenemos en nuestros colegios”.


“Un colegio -explicó el prelado- es el receptor de toda la problemática de la sociedad, especialmente de las familias, aunque en nuestro caso, en nuestras escuelas, tratamos de mantener un diálogo lo mejor posible con las familias y de ayudar a los chicos en un sentido integral. ¡Ese es el problema que hoy afecta a muchos ámbitos educativos: una educación integral!”.


Afirmó que “a propósito de la formación integral que deseamos ofrecer en nuestras escuelas, me preocupa, entre otras cosas, la presión que desde el Estado se ejerce acerca de los contenidos, los diseños curriculares, los contenidos curriculares de diversas materias que se han impuesto recientemente, como “Salud y adolescencia”, “Educación sexual” y “Construcción de ciudadanía”.


“El Estado -denunció monseñor Aguer- pretende que nosotros, en el subsistema educativo de la Iglesia, introduzcamos una orientación ideológica en muchos aspectos contraria a la visión cristiana del hombre y del mundo de la moral que, siguiendo al Evangelio, la Iglesia enseña”.


Comentó que en la provincia de Buenos Aires pudo hablar del tema con las autoridades y encontró en ellas comprensión. La Constitución de la Provincia de Buenos Aires, sancionada en 1994, dice que los chicos bonaerenses deberán recibir una educación integral, con sentido trascendente y según los principios de la moral cristiana, respetando la libertad de conciencia. Pero esta definición no suele ser tenida en cuenta, y los problemas no se revuelven. Además, muchas de las disposiciones que el Gobierno Nacional establece, pasando por sobre la jurisdicción provincial, son anticonstitucionales y menoscaban la libertad de la Iglesia, y la libertad de enseñanza”.


Monseñor Aguer recordó que “el Estado en diversas jurisdicciones, hace aportes a la educación católica, como a otras escuelas privadas. Esos aportes son del 40, 60, 80 o 100 % del costo de la planta funcional, es decir los directivos y los docentes. Yo le decía a las autoridades provinciales: si en lugar del 100 %, todos nuestros colegios recibieran el 150 % de esos aportes, nuestros colegios serían gratuitos, no tendrían que cobrar ninguna cuota y por añadidura el Gobierno Provincial ahorraría plata, porque les saldría mucho más barato que todas sus escuelas juntas”.


También aclaró que “desde la Iglesia estamos ofreciendo un servicio, el mejor posible, a la sociedad argentina, en este momento en que el conjunto de la educación es objeto de críticas muy severas por parte de aquellos que entienden de estas cosas”.


Finalmente dio cuenta de que en su arquidiócesis de La Plata, se está promoviendo “la creación de colegios en la periferia, en los barrios más pobres, donde a veces hay pocas escuelas estatales o éstas dejan tanto que desear y los padres de familia nos reclaman que nosotros nos lancemos a afrontar las dificultades y riesgo que implica abrir nuevas escuelas”.


Y se despidió pidiendo que “recen por la educación cristiana, para que podamos ofrecer a la sociedad Argentina de hoy, tan agobiada por diversos problemas, un aporte que sea verdaderamente sustancial”.+


Texto completo de la reflexión



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