Buenos Aires (AICA): La Comisión Episcopal para las Migraciones y el Turismo , realizó el Encuentro Nacional de Delegados de Pastoral Migratoria del país, que se llevó a cabo los días 4, 5 y 6 de julio en la casa de encuentros Sagrado Corazón de Jesús, que los padres dehonianos poseen en el barrio porteño de Flores (Caracas 437). El Encuentro fue presidido por Mons. Carlos Humberto Malfa, obispo de Chascomús y presidente de la mencionada comisión episcopal. También participaron Mons. Hugo Salaberry SJ, obispo de Azul, los delegados de pastoral migratoria de distintas diócesis del país, y referentes de algunas colectividades.
El Encuentro fue presidido por monseñor Carlos Humberto Malfa, obispo de Chascomús y presidente de la mencionada comisión episcopal. También participaron monseñor Hugo Salaberry SJ, obispo de Azul, los delegados de pastoral migratoria de distintas diócesis del país, y referentes de algunas colectividades.
Animados por el mensaje “Migrantes y refugiados, hacia un mundo mejor”, que el papa Francisco envió para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2014, se destacó la importancia de este Encuentro para la espiritualidad, formación y el conocimiento de la realidad migratoria en la Argentina, alentando a salir al encuentro de los hermanos que viven y particularmente sufren el drama de la migración.
Estuvieron presentes los responsables del Centro de Estudios Migratorios Latinoamericano (CEMLA), quienes iluminaron a los participantes acerca de la situación actual de las migraciones en nuestro país.
Las distintas delegaciones diocesanas presentaron y compartieron su trabajo pastoral: muchos males y abusos, como el tráfico y la trata de personas, la explotación laboral, problemas de documentación, dificultades de empleo e inserción, etc; y las tareas de promoción e integración de los migrantes en los distintos ámbitos pastorales y culturales.
El Encuentro tuvo sus momentos centrales en las celebraciones diarias de la Eucaristía, animadas por distintas colectividades, que fueron ocasiones propicias para la acción de gracias, la súplica y el envío misionero.
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