Estrasburgo (Francia) (AICA): El papa Francisco recordó hoy ante el Parlamento Europeo que las raíces cristianas favorecen la identidad de Europa y la protegen del utilitarismo, terrorismo y cultura del descarte, e invitó a defender la vida, la familia, lo creado, además de crear trabajo para los jóvenes y acoger a los inmigrantes.
Tras el aterrizaje a las 10, el Papa se trasladó en coche a la sede del Parlamento Europeo, donde ha sido recibido por el presidente, Martin Schulz. Allí también una multitud le esperaba, emocionada y con vivas al Papa. También algunos funcionarios curiosos se han asomados a las ventanas para presenciar la llegada del Santo Padre e inmortalizar el momento tomando fotos con los teléfonos móviles.
Después de escuchar los himnos, el del Vaticano, y el de la Unión Europea, tocados por la banda militar francesa mientras se izaba la bandera vaticana, el Papa se ha dirigido en coche al ingreso de honor del Parlamento: Espace Mariana de Pineda. Aquí ha tenido lugar la presentación de las dos delegaciones, de los 14 miembros del Bureau del Parlamento y de los 8 presidente de los grupos políticos de la Asamblea.
Entre los saludos del Papa a los presentes que estaban por los pasillos, Francisco se ha reencontrado con la anciana Elma Scmidt, la dueña de la casa que lo hospedó en 1986 en Alemania. Momento, en el que ninguno de los dos ha escondido su emoción y alegría. Mientras caminaban por el Parlamento, se ha podido escuchar al Santo Padre hablar algunas frases en alemán con el presidente Schulz.
Tras algunas fotografías, Francisco ha firmado el Libro de Oro, se ha intercambiado los regalos y finalmente el Papa se ha reunido con el presidente Schulz, en presencia de algunas autoridades políticas y eclesiásticas. El Pontífice argentino ha regalado al europarlamento un mosaico con una paloma de la paz.
A las 11.15, el papa Francisco ha entrado en el hemiciclo para la Sesión solemne del Parlamento Europeo. Después del discurso de Martin Schulz, el Papa ha pronunciado su discurso, el cual fue interrumpido varias veces por los aplausos.
Europa gire entono a la persona y no a la economía
En su discurso el Santo Padre invitó a los eurodiputados a “construir juntos la Europa que no gire en torno a la economía, sino a la sacralidad de la persona humana, a los valores inalienables”. Una Europa “que abrace con valentía su pasado, y mire con confianza su futuro para vivir plenamente y con esperanza su presente”
El Papa señaló que “el ser humano corre el riesgo de ser reducido a un mero engranaje de un mecanismo que lo trata como un simple bien de consumo para ser utilizado, de modo que --lamentablemente lo percibimos a menudo-- cuando la vida ya no sirve a dicho mecanismo se la descarta sin tantos reparos, como en el caso de los enfermos terminales, de los ancianos abandonados y sin atenciones, o de los niños asesinados antes de nacer”.
Consideró fundamental “el patrimonio que el cristianismo ha dejado” lo que no constituye un peligro para la laicidad de los Estados y para la independencia de las instituciones de la Unión”. Y que gracias a “las propias raíces religiosas”, puede defenderse mejor de “tantos extremismos que se expanden en el mundo actual, también por el gran vacío en el ámbito de los ideales”, porque “es precisamente este olvido de Dios, en lugar de su glorificación, lo que engendra la violencia”.
Pidió también no olvidarese de “las numerosas injusticias y persecuciones que sufren cotidianamente las minorías religiosas, y particularmente cristianas, en diversas partes del mundo”.
“Dar esperanza a Europa no significa sólo reconocer la centralidad de la persona humana, sino que implica también favorecer sus cualidades”. Por este motivo hay que “invertir en ella y en todos los ámbitos en los que sus talentos se forman y dan fruto” dijo.
“El primer ámbito --indicó el papa Francisco-- es seguramente el de la educación, a partir de la familia, célula fundamental y elemento precioso de toda sociedad”.
El Pontífice entró también en el tema de la defensa de lo creado: “Europa ha estado siempre en primera línea de un loable compromiso en favor de la ecología”, precisando que los hombres son “custodios, pero no dueños”.
Sobre el trabajo recordó que “es hora de favorecer las políticas de empleo, pero es necesario sobre todo volver a dar dignidad al trabajo”, que “no apunte a la explotación de las personas, sino a garantizar, a través del trabajo, la posibilidad de construir una familia y de educar los hijos”.
“No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio”, indicó el Santo Padre, y pidió “legislaciones adecuadas que sean capaces de tutelar los derechos de los ciudadanos europeos y de garantizar al mismo tiempo la acogida a los inmigrantes”.
Indicó también que “la conciencia de la propia identidad es indispensable en las relaciones con los otros países vecinos”, particularmente con los aquellos “que sufren a causa de conflictos internos y por la presión del fundamentalismo religioso y del terrorismo internacional”.
Y concluyó indicando que “dos mil años de historia unen a Europa y al cristianismo. Una historia en la que no han faltado conflictos y errores, pero siempre animada por el deseo de construir para el bien”.
Por ello invitó a "promover una Europa protagonista, transmisora de ciencia, arte, música, valores humanos y también de fe. La Europa que contempla el cielo y persigue ideales; la Europa que mira, defiende y tutela al hombre; la Europa que camina sobre la tierra segura y firme, precioso punto de referencia para toda la humanidad".+
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