Ciudad del Vaticano (AICA): Les agradezco su compromiso al servicio de los pobres. El creciente número de personas marginadas y que viven en gran precariedad nos interpela y nos llama a una mayor solidaridad para ofrecerles el apoyo material y espiritual que necesitan”, expresó, este lunes, el Santo Padre a los miembros de la Asociación Pro Petri Sede, la asociación de Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos, que ofrecen ayuda económica anual para las necesidades de la Santa Sede.
Al recibirlos en audiencia -ya que se encuentran estos días de peregrinación en Roma- el Pontífice les dijo que “tenemos mucho que recibir de los pobres a los que nos acercamos y ayudamos. Luchando con sus dificultades, a menudo dan testimonio de lo esencial, de los valores familiares; son capaces de compartir con aquellos que son más pobres que ellos y lo saben disfrutar. La indiferencia y el egoísmo están al acecho. La atención a los pobres nos enriquece poniéndonos en un camino de humildad y verdad”.
Francisco los animó a pedir al Señor, en ocasión de este tiempo de Cuaresma que comienza, que les de “un corazón misericordioso y pobre, que conozca su propia pobreza y se entregue a los demás”. Además recordó la preciosa labor que realizan ayudando a las poblaciones más necesitadas del mundo ofreciéndoles el consuelo espiritual de no sentirse olvidados en sus dificultades y de conservar la esperanza.
El Papa los invitó a rezar con insistencia por la paz “para que los responsables políticos encuentren caminos de diálogo y reconciliación” y les deseó que su peregrinación “aumente en cada uno el sentido de pertenencia a la Iglesia, que es una gran familia, y la alegría de proclamar a todos el Evangelio.
“Que la fraternidad se fortalezca entre ustedes -dijo- para que puedan llevar a cabo su misión al servicio de los pobres y de los pequeños, por los que Jesús tiene un amor especial”.
Antes de concluir, el Papa dedicó unas palabras a Bélgica y Holanda, “dos países -destacó- que llenaron el mundo de misioneros y hoy están en crisis vocacional”. Así pidió a los presentes que “llamaran al corazón de Jesús para que no se olvide de la generosidad de estos dos países y les envíe vocaciones para que la vida de fe pueda crecer más”.
“Ustedes -finalizó- trabajan con pobres y aman a los pobres, pero también piensen en los pobres de fe, que no tiene fe porque no tienen quien se la predique. Que el Señor envíe sacerdotes para anunciar la fe, y por favor, recen por las vocaciones de sus países”.+
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