Mons. Buenanueva: “Los argentinos tenemos que vencer la tentación de la indiferencia”
San Francisco (Córdoba) (AICA): En su homilía del Miércoles de Ceniza, el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, consideró que “de manera especial, hoy, los argentinos tenemos que vencer la tentación de la indiferencia que tan profundamente caracteriza nuestra forma típica de mirar la realidad”. “Ante la gravísima situación que nos ha golpeado en la cara tenemos que animarnos unos a otros a recomponer nuestro compromiso con el bien común, con la buena salud de nuestra república y el saneamiento de nuestras instituciones”, advirtió e instó a “orar por la Patria y renovar nuestro compromiso con los valores espirituales y morales que todo pueblo necesita para tener futuro”.
“Ofrezcámosle la pobreza y fragilidad de nuestro corazón, siempre inclinado al pecado, marcado a fuego por el egoísmo y el peso de la concupiscencia”, sugirió y agregó: “Dios sabe cómo sanar los corazones quebrantados y humillados. No tengamos miedo a su acción sanadora”.
El prelado recordó que “Jesucristo nos indica un camino precioso para experimentar el poder sanador de la misericordia de Dios: Abrirnos al dolor, a la fragilidad y al sufrimiento de nuestros hermanos. No dejarnos ganar por la indiferencia hacia nuestros hermanos”.
Asimismo, consideró que “de manera especial, hoy, los argentinos tenemos que vencer la tentación de la indiferencia que tan profundamente caracteriza nuestra forma típica de mirar la realidad”.
“Ante la gravísima situación que nos ha golpeado en la cara tenemos que animarnos unos a otros a recomponer nuestro compromiso con el bien común, con la buena salud de nuestra república y el saneamiento de nuestras instituciones”, advirtió e instó a “orar por la Patria y renovar nuestro compromiso con los valores espirituales y morales que todo pueblo necesita para tener futuro”.
El obispo recordó que “el verdadero progreso no se mide por la cantidad de bienes que podamos acumular, sino por el grado de virtud de los ciudadanos, la fortaleza de la sociedad civil y la capacidad de marcarles el camino a nuestros dirigentes para que sean servidores humildes y austeros del interés general y no meros constructores de poder”.
Tras citar un párrafo del mensaje del papa Francisco para la Cuaresma, en el que afirma que “tener un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil”, expresó su deseo de orar junto a la feligresía la súplica de las letanías al Sagrado Corazón de Jesús, que dice: “Haz nuestro corazón semejante al tuyo”.
“De ese modo tendremos un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la globalización de la indiferencia”, concluyó.+
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