La misa fue presidida por el obispo auxiliar, monseñor Martín Fassi, en ausencia del obispo diocesano, monseñor Oscar Ojea, de viaje en Roma por asuntos ligados a Cáritas. Junto con otros sacerdotes y cientos de fieles, la Eucaristía central de la fiesta patronal comenzó a las 17 en la iglesia catedral.
En su homilía, monseñor Fassi sostuvo que el santo patrono fue un hombre que supo unir el cielo con la tierra.
En los días previos a la fiesta patronal, imagen del patrono diocesano recorrió algunas parroquias y lugares del partido. En referencia a este acto preparatorio, monseñor Frassi destacó la alegría de la gente por recibir a san Isidro en sus comunidades y la plegaria sencilla dirigida al protector de la ciudad.
En referencia al evangelio del día, monseñor Fassi invitó a los fieles a escuchar a Jesús y permanecer en la Iglesia para dar fruto y anunciar con alegría el Evangelio, para ser una Iglesia en salida. Asimismo, destacó el ejemplo de san Isidro en este aspecto del apostolado y destacó tres momentos de la fiesta patronal.
Monseñor Fassi observó que el inicio de la procesión se dio con el encuentro de la imagen de santa María de la Cabeza con la imagen de su esposo, san Isidro, y en este sentido, invitó a cada familia a salir al encuentro de cada uno de los seres queridos. También invitó a preguntarse cómo llegar a las diversas realidades familiares para anunciar la alegría del Evangelio.
El obispo auxiliar, que fue feligrés de la parroquia catedral y recibió allí el orden diaconal, presbiteral y episcopal, destacó un cuadro que hay en los salones de la parroquia, donde se ve a san Isidro arrodillado y rezando, y detrás un grupo de ángeles que llevan el arado del santo labrador. Sostuvo que el patrono fue un hombre “profundamente realista” porque su contacto con la tierra, pero al mismo tiempo volcado a Dios desde su oficio. Así, el obispo llamó a “ahondar en la realidad y escuchar la voz de Dios que nos está anunciando algo nuevo”.
Finalmente, monseñor Fassi destacó a san Isidro porque simplemente “estaba donde tenía que estar y hacía lo que tenía que hacer”. Al respecto agregó: “No fue un hombre famoso. Era un vecino de su pueblo y era muy querido porque estaba donde tenía que estar y hacía lo que tenía que hacer, y con esto él colaboraba con el bien común. San Isidro nos enseña a trabajar por el bien común, a salir al encuentro del otro”.
“Si como Iglesia –añadió- salimos al encuentro de las familias, salimos al encuentro de la realidad como es, también estamos invitados a salir al encuentro del otro. Esta es la visita que hizo san Isidro en nuestra ciudad y este es el ejemplo de lo que nos enseña hoy. Hay que salir al encuentro del otro, a ocuparnos del bien común”.
Antes de proseguir con la Eucaristía, el obispo auxiliar invitó a profundizar en la vida de san Isidro. “Los santos son aquellos hombres cuyas enseñanzas permanecen fielmente a lo largo de los tiempos”, resaltó.+
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