Kasia, de 30 años y arquitecta de profesión, viajó a Sudamérica para participar del casamiento de una joven pareja conformada por un británico y una carioca, que se conocieron durante la JMJ de Río de Janeiro, en 2013. De paso por Buenos Aires, la joven voluntaria presentó El espíritu de la JMJ, un libro que reúne testimonios de peregrinos, sacerdotes, obispos y cuantas personas se han visto movidas por las experiencias de fe que estos encuentros han provocado desde sus inicios, en 1985.
Luego de visitar la sede de las Obras Misionales Pontificias (OMP) en la Argentina, Walkowska aceptó dialogar con AICA. Aseguró que la Iglesia en Polonia aguarda una movilización multitudinaria, tal vez superior a la registrada en Río de Janeiro, donde más de 3 millones de personas asistieron a la misa de clausura con el Papa en las playas de Copacabana.
“Los polacos recordarán lo que sucedía con Juan Pablo II, las multitudinarias misas en campos abiertos. Habrá muchas familias viajando desde todo el país solo para ver a Francisco, y creo que podría haber más gente que en la misa final de Río”, contó la joven voluntaria.
Cómo vive Polonia la llegada del Papa
El Pontificio Consejo de los Laicos delegó en la arquidiócesis de Cracovia la realización de la JMJ a fines de 2013. Según cuenta la joven visitante, “se está haciendo un gran esfuerzo para traducir los materiales y una campaña de concientización para aquellos polacos que aún no saben qué es la JMJ”. Para Walkowska, “la gente está muy emocionada con la actividad”.
La basílica de María, la iglesia más famosa de la ciudad, luce por estos días un reloj digital que cuenta los días que faltan para el inicio de la Jornada Mundial de la Juventud. La arquidiócesis anfitriona, con sede en la principal ciudad turística de Polonia, y donde se encuentran los santuarios de la Divina Misericordia y de Juan Pablo II, trabaja orgánicamente para contagiar a todos, no solo a los católicos, que en este país del este de Europa representan el 90 por ciento de la población.
“Viviendo en Cracovia, es difícil no estar involucrado en la JMJ. Cada parroquia está haciendo algo. Cada último jueves de mes tenemos adoración eucarística continua, y rezamos especialmente por la JMJ, mientras invitamos a los turistas y transeúntes a rezar, y hacemos catequesis con el lema de la JMJ”, cuenta esta arquitecta de 30 años. “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos encontrarán misericordia” es la consigna que animará la actividad.
Durante la entrevista, Kasia recordó lo importante que fue hablar con una joven brasileña antes de viajar para ser voluntaria en Río de Janeiro. “Alguna gente te pregunta sobre el clima, otros sobre los atractivos turísticos, otros sobre los costos de vida… en fin, siempre es bueno tener alguien que te introduzca sobre el país al que te dirigís”, observa. Según su mirada, todavía persiste en la gente el vínculo entre su país y san Juan Pablo II.
“Aquí tenemos a san Juan Pablo II, el origen de la devoción a la divina misericordia… realmente podrán sentir el Espíritu Santo en Cracovia. Somos muy abiertos, ¡pero no tanto como ustedes, argentinos! Daremos lo mejor de nosotros para que se sientan bien. ¡Y no tengan miedo del idioma! Es muy diferente al castellano, pero Cracovia es muy internacional”, completa Walkowska.
Hija de Polonia en tierras argentinas
Walkowska se ve profundamente sorprendida por la vida de la Iglesia en la Argentina. Asistió a varias misas, una de ellas en la basílica de Luján, y sostiene que esta experiencia le permite comprender de un modo cabal lo que el papa Francisco está proponiendo a la Iglesia universal.
“Estar aquí es un honor –confiesa-. Y es mucho más fácil entender sus palabras, sus gestos, porque puedo comprender cómo es la vida aquí, qué es lo que hacen. De verdad que la vida es muy diferente comparada con Europa. Creo que Francisco está intentando mostrar eso a Europa: salirse un poco de la agenda, recibir a la gente de la calle. Creo que tenemos que aprender de Él y ser más cercanos al dolor de los otros”.
“Nosotros escuchamos a Francisco cada semana, y es normal, porque Roma está muy cerca. Pero estar aquí es una experiencia muy especial. Vengo del país por el que Juan Pablo II tanto peleó, y que pasó momentos muy difíciles. El papa Francisco está haciendo lo mismo, y no es simple la situación que atraviesa el mundo”, sostiene.
El libro
Junto con otros voluntarios, Kasia impulsó la edición de un libro en el que se recopilan historias de personas de diferentes nacionalidades y orígenes que describen cómo experimentaron la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Río de Janeiro, en julio de 2013, y otras citas anteriores.
El espíritu de la JMJ está disponible en seis idiomas y puede adquirirse en formato electrónico. Participaron cardenales, obispos, peregrinos y voluntarios de todo el mundo. “Son testimonios que hablan de conversión, de cambios de vida, de transformaciones gracias a lo vivido en la JMJ. Es una invitación a reavivar recuerdos de anteriores encuentros, así como una forma de inspirar a más jóvenes a participar de las futuras convocatorias”, dicen los impulsores.
Con el dinero recaudado por las ventas, los editores esperan costear los gastos de voluntarios y peregrinos de Sudamérica, para quienes el viaje puede resultar sumamente oneroso. Para más información: www.thespiritofjmj.com.+
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