Mons. Aguer: El impacto de las tarifas de servicios públicos

Mons. Aguer: El impacto de las tarifas de servicios públicos

Buenos Aires (AICA): El arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, en el programa Claves para un Mundo Mejor, que se emitió el sábado 28 de abril por Canal 9 a las 9, interrumpió la serie de reflexiones sobre el aborto que venía haciendo para abordar el tema del impacto de las tarifas de los servicios públicos en la sociedad argentina.
El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, en el programa Claves para un Mundo Mejor, que se emitió el sábado 28 de abril por Canal 9 a las 9, interrumpió la serie de reflexiones sobre el aborto que venía haciendo para abordar el tema del impacto de las tarifas de los servicios públicos en la sociedad argentina.

“Comenzó diciendo: “Hoy interrumpiré la serie de charlas sobre el aborto porque quiero introducirme en el mambo o el malambo que está bailando la sociedad argentina con la música de las tarifas. Me refiero a las tarifas de los servicios públicos: luz, gas, agua, etc. Como es sabido los aumentos han superado en algunos casos el 350%, o por allí van”.

“Es sabido también -señaló- que esto es consecuencia de lo que ocurrió en los últimos 10 o 15 años, en los que se dilapidó la energía y los subsidios fueron discriminatorios de tal manera que pagaban lo mismo el pobre pobrísimo y el rico más pudiente. Es lógico, pues, que haya ocurrido este desbarajuste. ¿Y ahora cómo se lo va a balancear? Haciendo que Doña Rosa reciba una factura según la que si antes pagaba 800 pesos, supongamos, ahora pague 5.000 digamos. Me parece que eso es una barbaridad”.

Y agregó: “También algo que es necesario notar: parece que el 30 por ciento al menos del costo de la tarifa se debe a impuestos nacionales, provinciales y tasas municipales. En la provincia de Buenos Aires, la Señora Gobernadora ha quitado los impuestos provinciales y eso significa un pequeño alivio”.

Indicó que en esta circunstancia de los aumentos tarifarios se manifiesta también el arrastre de la costumbre. Lo que yo indicaba de la última década, o más allá, tiene que ver con esa especie de derroche al cual estamos acostumbrados. Yo mismo cuando, a veces, vuelvo a la noche al arzobispado, me ocupo de apagar las luces que han quedado encendidas, a veces desde el mediodía, porque los que trabajan en la casa se han olvidado de hacerlo. Claro, las facturas no las pagan ellos. Por eso también esa especie de descuido importa mucho. ¿Cómo se resuelve esta cuestión? Primero tenemos que habituarnos a la nueva situación, a la realidad actual”.

“Se nos da un buen consejo: que en verano andemos en patas y con remera y en invierno bien abrigaditos; solo que, me parece, que el que da el consejo no lo cumple, seguramente porque no necesita cumplirlo”.

El arzobispo platense prosiguió reflexionando sobre la cuestión y dijo: “Sabemos que los pobres tienen acceso a una tarifa social. No sé cómo se establece esa medida, que me parece justa, pero pienso también en la cantidad de gente de clase media, de clase media baja, o media media, ya no sé cómo llamarla, que están en situación apretada. Pongo un ejemplo: dos profesionales que tienen empleo, con uno o dos chicos, el sueldo de los dos no les da la base para poder conseguir un crédito y entonces están alquilando un departamento por 9000 o 10000 pesos. A los chicos los mandan a un humilde colegio parroquial, que no es caro pero implica otra cuota más; lo hacen porque temen que en el colegio estatal no aprendan a leer y escribir. ¿Cómo hacen para bancar el formidable aumento?"

En el final de su reflexión televisiva semanal monseñor Aguer apuntó: “Para concluir, me atrevo a introducir la cuestión macroeconómica, o más bien política. La cuestión es, en mi humilde opinión, que no son idénticas la lógica, la política y la lógica empresarial. La lógica política mira o debería mirar al bien común, mientras que la lógica del empresario mira al lucro. Ahí está el problema. La lógica política mira al bien común, y por eso no se puede gobernar una sociedad mirando al lucro o simplemente haciendo números. Los números, sin duda, son importantes y hay que reparar, a veces, taras que nos vienen de herencia, pero me parece importante subrayar esto: debe imponerse, en la democracia argentina, una lógica verdaderamente política. Cuando digo política estoy pensando en la “polis” de Platón o de Aristóteles; es decir una razón política que es distinta de la razón económica y que debe mirar siempre en todo caso, al bien común y cómo puede hacerse para que en la sociedad haya una igualdad verdadera y no una igualdad fingida que es lo mismo que desigualdad”.

Y remató: “Estoy seguro que sobre esto podríamos abundar mucho más pero por lo pronto, ahora, sólo les deseo que la factura que les llegue no sea tan pesada”.+

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