Clericus Cup: Francisco bendijo la copa antes de la final

Ciudad del Vaticano (AICA): Los capitanes de los dos equipos finalistas de la “Cericus Cup” –el Colegio Urbano Pontificio y el colegio Mártires de América del Norte- presentaron al papa Francisco las camisetas de sus respectivos equipos, la copa y la pelota con la que se jugará la final, el próximo sábado 26 de mayo, del “torneo mundial de fútbol del Vaticano” del que participan sacerdotes y seminaristas. Africanos y norteamericanos se enfrentarán por primera vez en una final por el preciado trofeo.
Los capitanes de los dos equipos finalistas de la CericusCup –el Colegio Urbano Pontificio y el colegio Mártires de América del Norte- presentaron al papa Francisco las camisetas de sus respectivos equipos, la copa y la pelota con la que se jugará la final, el próximo sábado 26 de mayo, del torneo mundial de fútbol del Vaticano del que participan sacerdotes y seminaristas.

El encuentro con el Santo Padre tuvo lugar durante la audiencia general de este miércoles 23 de mayo y asistieron además de los capitanes finalistas, representantes de los 16 equipos participantes del torneo.

Los dos finalistas, el Colegio Urgano y el North American College, nunca se encontraron en una final, será la primera vez que se enfrenten aunque ambos equipos llegaron varias veces a la instancia final del torneo. Los estadounidenses ganaron dos de esas finales, mientras los “leones africanos”, desde 2014 siempre llegaron a la final, ganando la copa tres veces.

La “Clericus Cup” es un torneo que organiza el Vaticano entre equipos de sacerdotes y seminaristas de más de 60 países. Desde la llegada del papa Francisco, confeso aficionado a este deporte, este torneo cobró mayor atención y comenzó a conocerse como el “Mundial de fútbol de la Iglesia”.

La primera versión se jugó en 2007 gracias al CSI (Centro Sportivo Italiano) organización del Vaticano que nació en el año 2000 ante la intervención del papa Juan Pablo II. La “Clericus Cup” tiene su propio reglamento y participan 16 equipos conformados por sacerdotes y seminaristas de todo el mundo.

Los equipos se dividen en cuatro grupos, donde clasifican los dos primeros para luego enfrentarse ocho equipos en fase de cuartos de final, de ahí clasifican cuatro a semifinal y los dos que ganan disputan el título.

El CSI diseñó un reglamento diferente al que se usa de manera habitual en cualquier torneo avalado por la FIFA: Se permiten cinco cambios por equipo; cada tiempo es de 30 minutos; si hay empate en cualquier fase se definirá por penales, cinco para cada equipo; los puntos se dividen así: 3 al ganador, 2 victoria por penaltis y 1 por derrota en penales.

Hay tiempo de dos minutos durante el juego para ajustar detalles tácticos o hidratarse, los equipos que utilicen este recurso no podrán hacerlo más de una vez por partido y se utiliza la tarjeta azul para suspender por cinco minutos del mismo partido a cualquier jugador que impida la continuación del juego o tome la pelota con la mano.

Desde 2014 se implementó la fórmula del “tercer tiempo” que a diferencia del habitual concepto que se tiene en el común (reunión del mismo equipo al finalizar el partido), se comenzó a utilizar para que los jugadores de los dos equipos que se enfrenten al finalizar el partido se reúnan en la mitad del campo para juntos realizar una oración como manifestación de juego limpio.

Desde la primera versión que se jugó en 2007, se han disputado diez torneos que sirvieron para vivir el fútbol de cerca con la religión, sin las restricciones que la FIFA incluye en su reglamento, donde impide cualquier manifestación religiosa o política durante un partido oficial.+

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