Francisco: "El amor, la medicina para cambiar el corazón de una persona infeliz"
Nadie puede vivir sin amor. En cierto modo, detrás de muchas reacciones de odio y violencia se esconde un gran vacío interior, el de un corazón que no ha sido amado verdaderamente. Lo único que puede hacer feliz a una persona es la experiencia de amar y de ser amado, subrayó.
El primer paso que da Dios hacia nosotros es su amor anticipado e incondicionado. Dios nos ama antes de que nosotros hayamos hecho algo para merecerlo. Él es amor, y el amor tiende por naturaleza a difundirse, a donarse, agregó.
El pontífice explicó que es como una madre, que no deja nunca de amar a su hijo, aunque haya cometido un error y deba cumplir con la justicia, así Dios nunca deja de amarnos, porque somos sus hijos queridos.
"Para cambiar el corazón de una persona que no es feliz, ¿cuál es la medicina?", preguntó y respondió: "El amor es la medicina para cambiar el corazón de una persona que no es feliz".
El Papa indicó que para hacer sentir a otra persona que uno la ama, hay que abrazarla, hacerla sentir que es deseada e importante".
El amor llama al amor. Para cambiar el corazón de una persona, en primer lugar hay que abrazarla, que sienta que es importante para nosotros y que es querida. Así comenzará a despuntar también en ella el don de la esperanza, aseguró.
Francisco saludó a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina, a quienes invitó a pedirle a la Virgen María que nos dejemos guiar siempre por el amor de su Hijo y que sepamos transmitir a los demás ese amor de Dios, para que se encienda en todos una esperanza nueva.
Texto del resumen en español
En la catequesis de hoy consideramos cómo la certeza de la esperanza se funda en que somos hijos amados de Dios. Nadie puede vivir sin amor. En cierto modo, detrás de muchas reacciones de odio y violencia se esconde un gran vacío interior, un corazón que no ha sido amado verdaderamente. Lo único que puede hacer feliz a una persona es la experiencia de amar y de ser amado.
El primer paso que da Dios hacia nosotros es su amor anticipado e incondicionado. Dios nos ama antes de que nosotros hayamos hecho algo para merecerlo. Él es amor, y el amor tiende por naturaleza a difundirse, a donarse. Como una madre, que no deja nunca de amar a su hijo, aunque haya cometido un error y deba cumplir con la justicia, así Dios nunca deja de amarnos, porque somos sus hijos queridos.
El amor llama al amor. Para cambiar el corazón de una persona, en primer lugar hay que abrazarla, que sienta que es importante para nosotros y que es querida. Así comenzará a despuntar también en ella el don de la esperanza.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina. Pidamos a la Virgen María que nos dejemos guiar siempre por el amor de su Hijo. Que sepamos transmitir a los demás ese amor de Dios, para que se encienda en todos una esperanza nueva. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.+
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