Los obispos argentinos presidieron misas por las fiestas patronales en honor de San José Obrero y difundieron mensajes con motivo del Día de los Trabajadores, además de bendecir herramientas de trabajo.
Cuando decimos que trabajamos por la inclusión, tenemos que promover y defender las fuentes de trabajo, advirtió el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, en un mensaje por la fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores, y llamó a defender y a promover las fuentes de trabajo, que es defender la vida.
Mientras algunos ganan el pan con sudor y sacrificio, y otros hasta lo buscan en la basura, una pequeña parte de la humanidad despilfarra obscenamente, advirtió el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, y aseveró: Me avergüenza esta injusticia flagrante e impune. ¡Cuánto desprecio por los pobres!. Texto completo de la editorial
El arzobispo de Resistencia, monseñor Ramón Dus, instó elevar el corazón y el espíritu al Señor para pedir que en esta fiesta de San José Obrero, nos haga a todos esperanzados de que algo podemos hacer en nuestro mundo, a nuestro alrededor. Es también nuestra responsabilidad de trabajo transformar las cosas que pasan por nuestras manos, por nuestro corazón, para todo tipo de trabajo: el de nuestras manos propias, el trabajo con nuestras mentes, para el trabajo de nuestra educación con los docentes, también de nuestra comunidades. El trabajo también intelectual, el don, podemos favorecer a tantos otros con la investigación y la generosidad en el servicio, agregó.
El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, celebró la misa en la parroquia Nuestra Señora del Rosario del Milagro y San José Obrero, del Barrio 1° de Mayo, donde solicitó ingenio para que todos puedan tener un trabajo digno, un trabajo debidamente remunerado e instó a pedirle al santo que interceda por todos nosotros, por nuestra patria, para que no falte el trabajo y para que ese trabajo sea dignamente considerado y honesta y efectivamente realizado.
El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, presidió las fiestas patronales en la parroquia San José Obrero de Berisso, donde afirmó que en la Argentina estamos acostumbrados a que hay mucha gente que come sin trabajar; y que no solo come sino que se enriquece sin trabajar. La Iglesia siempre ha tenido presente a San José, al luchar por la dignidad del trabajo y de los trabajadores. Y al reclamar que haya trabajo genuino (no planes ni subsidios), para que cada uno se pueda ganar el pan dignamente, aseveró.
Al presidir una misa en la catedral local, a la que asistieron representantes zonales de la CGT, el obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, advirtió que la Iglesia mantiene en pie su denuncia contra los enemigos de esta dignidad: la voracidad insaciable del liberalismo económico y la servidumbre deshumanizante del comunismo que reducen al trabajador a un simple valor de medio o instrumento, puesto al servicio de fines económicos o políticos distintos de su misma persona. Denuncia, que es ponernos de cara a la escandalosa coexistencia del lujo y la miseria, el poder sin límites de anónimas minorías y la marginación de grandes mayorías. Y expresó su preocupación por la falta de fuentes de trabajo, nos inquieta el anuncio de medidas económicas, con las que el grueso de la clase trabajadora acusa la pérdida de conquistas trabajosamente adquiridas. Texto completo de la homilía
Monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, aseguró que celebrar el Día del Trabajador es afirmar que el trabajo es un bien fundamental que a nadie puede faltar para que la tierra, el techo y el trabajo sean parte de todos y cada uno de los argentinos. Invitó a pedirle a Dios por cada uno, en especial por aquellos que no tienen trabajo y también por quienes han dejado su vida desempeñando sus tareas y a trabajar para que en la Patria el acceso al empleo digno sea una verdadera prioridad. Texto completo
Monseñor Sergio Buenanueva, obispo de San Francisco, saludó a “todos los laburantes” en su día y afirmó que “el mundo del trabajo vive una transformación muy grande, para algunos esto trae inseguridad, algunos están perdiendo realmente sus fuentes de trabajo en la Argentina, para otros se abren posibilidades nuevas insospechadas…" "Tenemos que mirar juntos estos desafíos. Lograr un proyecto de país integrador, que nos tenga a todos sentados alrededor de la misma mesa", sugirió.
El obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, puso al Santo Cura Brochero como símbolo indiscutible del trabajo permanente, al indicar: ¿Falta un carpintero? Es carpintero. ¿Falta un peón? Es un peón. Se arremanga la sotana en donde quiera ¡Lo ha hecho todo con sus propias garras! ¿Milagro? No. La cosa es muy sencilla. Es cuestión de honradez y voluntad. En otros términos: es cuestión de haber tomado el apostolado en serio, como lo ha tomado el Cura Brochero, subrayó en el santuario cordobés dedicado al santo.+
Publicar un comentario