El encuentro tuvo lugar en la parroquia Inmaculada Concepción de la Medalla Milagrosa de Florencio Varela, el domingo 19 de agosto y participaron las CEBs de las diócesis de Gregorio de Laferrere, Merlo-Moreno, Zárate-Campana, San Isidro, Mar del Plata y San Justo.
Monseñor Margni recordó durante la misa a monseñor Jorge Novak, primer obispo de Quilmes, y pronunció sus palabras: “El mejor momento de la historia es este, porque es el nuestro”. Destacó también la importancia de que la memoria y la esperanza vayan de la mano: “En la historia a veces nos sentimos desorientados. Hace falta curar la memoria que se enferma de nostalgia, con esperanza. Y la esperanza que se enferma de ilusión, con la memoria”, manifestó.
“Cuando miramos el pasado, enfermos de nostalgia, sentimientos que todo tiempo pasado fue mejor y que no habrá más un momento como el que ya hemos vivido. Allí la esperanza realista nos sanará, alimentándonos del Pan para la Vida Eterna que es comida y medicina”, señaló monseñor Margni.
Y continuó: “Cuando miramos el futuro, enfermos de ilusión, creemos que el pasado fue malo y que sólo lo bueno vendrá en algún momento. La memoria sanará la ilusión recordándonos que somos herederos de una hermosa tradición que nos da identidad. Alimentados del Pan de Vida Eterna evocamos en memorial la comida que es Jesús, alimento y remedio”.
Mencionó que las Comunidades Eclesiales de Base “nos regalaron el testimonio martirial, la centralidad de la Palabra, los ministerios laicales, la necesaria relación entre fe y vida, el compromiso comunitario por la justicia, la relación con lo social y la política, la base, el barrio, memoria, herencia y esperanza”.+
Publicar un comentario