El Papa al Pío Latinoamericano: Sean “artesanos de comunión para nuestro continente”
El pontífice comenzó su discurso agradeciendo al rector, padre Gilberto Freire SJ, por sus palabras, en nombre de toda la comunidad sacerdotal y de los colaboradores laicos que hacen posible, con su trabajo cotidiano, la vida de hogar.
El Santo Padre comenzó sus palabras haciendo notar que “la particularidad quizá más notoria de su Colegio es su ser latinoamericano” y señaló que “es de los pocos Colegios romanos que su identidad no se refiere a una Nación o carisma, sino que busca ser el lugar de encuentro, en Roma, de nuestra tierra latinoamericana —la Patria Grande como gustaban soñar nuestros próceres—. Y así fue soñado el Colegio y así es querido por sus obispos que priorizan esta casa brindándoles a ustedes, jóvenes sacerdotes, la oportunidad de gestar una mirada, una reflexión y una experiencia de comunión expresamente ‘latinoamericanizada’ ”.
Francisco destacó que “uno de los fenómenos que actualmente golpea con fuerza al continente es la fragmentación cultural, la polarización del entramado social y la pérdida de raíces”.
Al respecto advirtió sobre los que fomentan “discursos que dividen y propagan distintos tipos de enfrentamientos y odios hacia quienes ‘no son de los nuestros’, inclusive importando modelos culturales que poco o nada tienen que ver con nuestra historia e identidad y que, lejos de mestizarse en nuevas síntesis como en el pasado, terminan desarraigando a nuestras culturas de sus más ricas y autóctonas tradiciones”, señaló el Papa.
“¡Nuevas generaciones desarraigadas y fragmentadas!”, lamentó el pontífice y añadió que la Iglesia no es ajena a la situación. “También en la Iglesia se sufre la invasión de las colonizaciones ideológicas”.
De ahí que seguidamente el pontífice destacó en su discurso “la importancia de este tiempo en Roma y especialmente en el Colegio para poder crear lazos y alianzas de amistad y fraternidad”.
“El Pío –dijo el Papa- puede ayudar mucho a crear una comunidad sacerdotal abierta y creativa, alegre y esperanzadora, si sabe ayudarse y socorrerse, si es capaz de enraizarse en la vida de los otros, hermanos hijos de una historia y patrimonio común, parte de un mismo presbiterio y pueblo latinoamericano”.
Un continente marco por viejas y nuevas heridas
Seguidamente Francisco señaló que “nuestro continente, marcado por viejas y nuevas heridas necesita artesanos de relación y de comunión, abiertos y confiados en la novedad que el Reino de Dios puede suscitar hoy” y destacó que el Colegio Pío puede gestarlo.
Francisco enfatizó que será “este sentido de pertenencia y reconocimiento el que ayudará a desatar y estimular creativamente renovadas energías misionera” y de contrario “sin este sentido de pertenencia y de trabajo codo a codo, nos dispersaremos y nos debilitaremos”.
Y así, poco a poco, y casi sin darnos cuenta, advirtió el Papa, “terminaremos por ofrecer a América Latina un Dios sin Cristo, un Cristo sin Iglesia, una Iglesia sin pueblo, puro gnosticismo reelaborado”.
Recordando que Latinoamérica plasmó en su tradición que el amor a Cristo se manifiesta en “en la especial solidaridad con los más pobres, sufrientes y necesitados”, explicó el Santo Padre a la comunidad del Colegio Pío que “para ser evangelizadores con alma y de alma, para que nuestra vida sea fecunda y se renueve con el pasar del tiempo, es necesario desarrollar el gusto de estar siempre cerca de la vida de nuestra gente; nunca aislarnos de ellos”.
Y advirtió a continuación “por favor, nunca acurrucarse en cobertizos personales o comunitarios que nos alejen de los nudos donde se escribe la historia”.
De ahí que Francisco destacó que encuentra “providencial poder unir este aniversario con la canonización de san Óscar Romero, exalumno de su institución y signo vivo de la fecundidad y santidad de la Iglesia Latinoamericana. Un hombre enraizado en la Palabra de Dios y en el corazón de su pueblo. Esta realidad nos permite tomar contacto con esa larga cadena de testigos en la que se nos invita a enraizarnos e inspirarnos cada día, especialmente en este tiempo que ustedes están ‘fuera de casa’. No le tengan miedo a la santidad, no le tengan miedo a gastar la vida por su gente”.
Finalizando su discurso el Santo Padre indicó a la Comunidad del Pontificio Colegio Pío Latinoamericano que “en el camino de mestizaje cultural y pastoral no estamos huérfanos; nuestra Madre nos acompaña. Ella quiso mostrarse así, mestiza y fecunda, y así está junto a nosotros, Madre de ternura y fortaleza que nos rescata de la parálisis o la confusión del miedo porque simplemente está allí, es Madre”.
“Hermanos sacerdotes: No la olvidemos y, confiadamente, pidámosle que nos enseñe el camino, que nos libre de la perversión del clericalismo, nos haga cada día más ‘pastores de pueblo’ y no permita que nos convirtamos en ‘clérigos de Estado’”, concluyó. +
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