Los obispos recuerdan que “la educación es un derecho inalienable, al que todos deberían acceder y que todos debemos defender”.
El mensaje de la CEC, firmado por su presidente, el arzobispo de Villavicencio, monseñor Oscar Urbina, su vicepresidente, el arzobispo de Medellín, monseñor Ricardo Tobón, y por el secretario general del organismo eclesial, el obispo auxiliar de Medellín, monseñor Elkin Álvarez, los prelados manifiestan que “no es posible alcanzar la paz si no ofrecemos una educación integral y que el futuro de todos depende en buena medida de cuanto se haga por cualificar los procesos educativos”.
“Si queremos encaminar el país hacia el bien común, construir una nación reconciliada y en paz, y mantener viva la esperanza, es necesario que volvamos la mirada a la tarea educativa y que todos nos sintamos comprometidos con su renovación haciendo de ella una prioridad,” señalaron.
Por otra parte, con respecto a las movilizaciones estudiantiles de las últimas semanas, los obispos católicos han recordado que “la educación es un derecho inalienable”, al tiempo que piden “ir más allá” porque “no conviene quedarse solo en lograr el financiamiento” de las instituciones en todos sus niveles desde el básico hasta el superior.
De igual forma, la Iglesia ha manifestado que es necesario dirigir los esfuerzos hacia el mejoramiento de la calidad educativa en todos sus niveles, apoyar todas las iniciativas legítimas y “construir y poner en acto una política educativa propia” que responda a los desafíos de la realidad nacional.
Asimismo, los obispos dieron su apoyo a la protesta pacífica en el ejercicio de la democracia como parte de un derecho fundamental. En este sentido han pedido “respetar y proteger la vida de los manifestantes, de los responsables del orden y del resto de la ciudadanía”.
Para la CEC es preciso “mantener el diálogo” para que las partes gobierno, estudiantes y demás interesados “lleguen a soluciones viables y concertadas para superar las problemáticas que han dado origen a las protestas.”
En este sentido, los obispos están dispuestos, con el apoyo de un delegado de la CEC, a facilitar y acompañar este proceso de diálogo e invitan “a todos los colombianos a rodear las iniciativas nacionales y regionales para salir de la actual emergencia educativa”.
Con todo, la Iglesia ha enfatizado que es necesario “ir hasta las raíces más profundas de esta crisis para encontrar las respuestas adecuadas”.
Los estudiantes de las universidades públicas del país iniciaron una huelga nacional el pasado 11 de octubre para pedir al gobierno que amplíe la parte del presupuesto para la educación superior. A partir de las pequeñas manifestaciones de los estudiantes en las calles de diferentes ciudades del país, la protesta fue creciendo y se hizo nacional.
Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y otras ciudades se convirtieron en el escenario de grandes concentraciones de jóvenes que solicitan al gobierno que resuelva la situación creada por el déficit y la falta de recursos para el área educativa en toda Colombia.
Según los estudiantes, el presupuesto estimado para la educación pública es muy bajo y nunca logrará mantener la infraestructura y los servicios requeridos por los centros estatales. La primera respuesta de las autoridades fue la confirmación del aumento de los fondos para las universidades estatales, pero con un monto muy limitado. +
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