El Papa a los jóvenes de Scholas en la Villa 31: “No negocien su identidad”
“Quiero celebrar junto a ustedes esta fiesta del encuentro, encuentro de personas: cada uno de ustedes es persona. Encuentro de diferentes credos, países, lenguas, realidades; encuentro de diferentes identidades, porque para encontrarse hay que estar seguro de la propia identidad. Vos no podés andar negociando tu identidad para encontrarte con el otro, no podés maquillar tu identidad, no la podés disfrazar, porque la vida no es un carnaval, es algo muy serio. Y un encuentro tiene que ser serio, con mucha alegría, pero serio desde el corazón”, les dijo.
El papa Francisco se detuvo en la palabra “identidad” para describir que la pregunta: “¿Quién soy yo?”, por el sentido de la vida, “no es una pregunta para sacarse de encima ni para responderla rápido u olvidarla. Es una pregunta para mantener cercana siempre”, definió.
“Nuestra identidad no es un dato que viene dado, no es un número de fábrica”, indicó, porque tampoco somos “algo totalmente definido”, sino que “estamos en camino, en crecimiento, y ese núcleo de identidad va creciendo, con un estilo propio, con una historia propia”, les explicó el Papa.
“Somos testigos, somos redactores y lectores de nuestras vidas y no somos los únicos autores: somos lo que Dios sueña para nosotros”, sostuvo. Y remarcó la fidelidad, de “nuestra integridad personal” y de “nuestra nobleza interior”, pero, sobre todo, “debemos ser fieles a la coherencia”.
“No hay identidades de laboratorio, no las hay. Toda identidad tiene historia. Y al tener historia, tiene pertenencia. Mi identidad viene de una familia, de un pueblo, de una comunidad. Ustedes no pueden hablar de identidad sin hablar de pertenencia. Identidad es pertenecer. Pertenecer a algo que me trasciende, algo que es más grande que vos”.
De este modo, aconsejó a los jóvenes “no olvidar las raíces”, elemento fundamental “para que la identidad no se vuelva violenta, autoritaria, o negadora de las diferencias”. La identidad, “necesita del diálogo, necesita crecer en cada encuentro y necesita de la memoria de la propia pertenencia”, sostuvo.
Entonces, los invitó a preguntarse “¿Cuáles son mis raíces? ¿De dónde vengo? ¿Cuál es la cultura de mi pueblo?”. “Recreémonos en el camino, crezcamos en el camino, con la memoria, con el diálogo, con la pertenencia y con la esperanza. Y así, nos enriqueceremos cada día más a nosotros mismos”, completó.
Retomando sobre sus palabras, les dijo: “Identidad es pertenencia. Por favor, cuídenla, cuiden la propia pertenencia. No se dejen embaucar”. Nuevamente, interrogó a los jóvenes: “¿Yo vendo mi pertenencia? ¿Yo vendo la historia de mi pueblo? ¿Yo vendo la cultura de mi pueblo? ¿Yo vendo la cultura y lo que recibí de mi familia? ¿Yo vendo la coherencia de vida? ¿Yo vendo el diálogo con el hermano, aunque tenga ideas distintas, o hago ficción de diálogo?”+
Al concluir, el papa Francisco agradeció a los presentes la posibilidad del encuentro, especialmente, les dio gracias a los jóvenes. “por dejar que la vida les cuente a cada paso un nuevo capítulo. No le tengan miedo a eso. Por animarse a mezclar sus lenguajes, abrir sus historias sin renunciar a ellas, dejarse reescribir por el otro, por el diferente, por el desconocido, siendo siempre distintos y, a la vez, siendo siempre cada vez más ustedes mismos. Y haciendo de su identidad, de esa pertenencia que recibieron, una obra de arte”. +
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