El Papa apeló a la “fraternidad” para garantizar la convivencia entre las naciones
Después de agradecer “las diversas y positivas contribuciones que sus países aportan al bien común del mundo”, el pontífice se refirió “a la gran responsabilidad que tenemos juntos en la protección de los más vulnerables de nuestros hermanos y hermanas”, subrayando que “la urgente necesidad de estar atentos a los más pobres de nuestros ciudadanos es un claro deber, que se expresa elocuentemente cuando, con respeto a la legítima diversidad, nos unimos para promover su desarrollo humano integral”.
Francisco afirmó que “esta unión tiene un nombre concreto: ¡fraternidad!” y señaló que “el diálogo, la compasión y la difusión de una cultura de la tolerancia, la aceptación de los demás y la coexistencia entre los seres humanos contribuirían en gran medida a reducir muchos de los problemas económicos, sociales, políticos y ambientales que asedian a gran parte de la humanidad”.
Asimismo, refiriéndose a los desafíos mundiales que cada vez se hacen más complejos, dijo que es necesario subrayar la importancia de la fraternidad, para trabajar juntos y garantizar que una justa y pacífica convivencia no sea sólo una mera estrategia sociopolítica, sino un ejemplo de esa solidaridad que va más allá de un deseo mutuo de alcanzar un objetivo común.
“Esta fraternidad, precisó, se puede reconocerse en el deseo universal de amistad entre individuos, comunidades y naciones, aunque nunca se puede considerar asegurada de una vez por todas. Entre las más grandes amenazas a la convivencia en armonía se encuentran la violencia y los conflictos armados. Sin embargo, la dolorosa lección de la división y el odio también nos enseña que la paz es siempre posible. La resolución de conflictos y la reconciliación son signos positivos de la unidad que es más fuertes que la división y de la fraternidad que es más poderosa que el odio”.
En este sentido, el Santo Padre señaló que, es muy alentador ver los esfuerzos que se están realizando en la Comunidad Internacional para superar las situaciones de conflicto armado y crear vías hacia la paz, y ver cómo el diálogo fraterno es indispensable para lograr este precioso objetivo. “De hecho –dijo– el diálogo, la compasión y la difusión de una cultura de tolerancia, aceptación de los demás y coexistencia entre los seres humanos contribuirían en gran medida a reducir muchos de los problemas económicos, sociales, políticos y ambientales que asedian a gran parte de la humanidad”.
“Estimados embajadores, concluyó Francisco, cuando se preparan para asumir sus nuevas responsabilidades al servicio de sus naciones, les aseguro la colaboración y la ayuda de los diversos organismos de la Santa Sede. Tengan la seguridad de mis oraciones acompañadas de mis mejores deseos para su importante misión, mientras invoco abundantes bendiciones divinas sobre ustedes, sus familias y sus conciudadanos. +
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