Nuevo impulso a la beatificación del venerable Esquiú

El pueblo catamarqueño recordó a fray Mamerto Esquiú. ver más
Piedra Blanca (Catamarca) (AICA): Los feligreses catamarqueños conmemoraron el 189° aniversario del natalicio de fray Mamerto Esquiú. El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, sostuvo que “fue un santo como estudiante, como ciudadano y como obispo”, e invitó a rezar “para que la Iglesia pueda acreditarlo pronto”.
En la mañana del 11 de mayo, se concretaron los actos conmemorativos del 189° aniversario del natalicio de fray Mamerto Esquiú, en la localidad de Piedra Blanca, donde nació el venerable sacerdote y obispo.

La misa se celebró en el templo parroquial de San José. Fue presidida por el obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, y concelebrada por el vicario general de la diócesis, presbítero Julio Quiroga del Pino; el párroco de la zona, presbítero Julio Murúa, y otros sacerdotes del clero local.

Participaron del homenaje distintas autoridades provinciales y municipales, encabezadas por el vicegobernador, Dalmacio Mera, y el intendente de Fray Mamerto Esquiú, Humberto Valdez. El coro Cantus Nova fue el encargado de los guiar los cantos litúrgicos.

Durante su homilía, monseñor Urbanc consideró que fray Mamerto Esquiú es un modelo de vida para jóvenes y adultos: “Dios lo hizo nacer en este pueblo de Piedra Blanca, como también hizo nacer en un pueblo perdido, que nadie conocía, en una gruta, a su Hijo. No donde todos se creen importantes y están los poderosos, a esos no se les manifiesta Dios, sino a los humildes y trabajadores”.

El obispo catamarqueño destacó la figura de los padres de Esquiú, quienes “cultivaron en su infancia los frutos que fueron todas sus buenas obras, esas obras hoy son nuestro legado”. Al lado de ellos crecieron las raíces que lo sostuvieron firmemente durante toda su vida, dijo el prelado, que enfatizó que “un hombre es lo que vive en su niñez”.

“La madre de Mamerto no confió a su hijo a la Pachamama, a un árbol, o al sol, lo confió a un santo humilde, servidor de Dios y de los hermanos, como es San Francisco de Asís. Ellos dieron testimonio de verdad a sus hijos, les mostraron coherencia de vida cristiana”, observó el prelado.

En otro tramo de su homilía, el obispo aseguró: “El padre Esquiú fue un santo como estudiante, fue un santo como ciudadano, fue un santo como obispo. Recemos para que la Iglesia pueda acreditarlo pronto”.

“Los hombres que aman pasan a la historia”
Meditando sobre el Evangelio del día, el obispo resaltó: “Jesús, en su discurso de despedida, anuncia la venida del Espíritu Santo, que los animará a dar testimonio de Él, y solo los que tienen una experiencia de encuentro con Cristo pueden dar testimonio y vivir de acuerdo a sus mandamientos. Y lo que pide Jesús es que vivamos en el amor, que amemos al prójimo, ése es el mandamiento más grande, lo que Dios nos manda”.

“El que ama –añadió- no miente, busca el bien del otro por encima del suyo y, como Mamerto, será un buen hijo, buen padre, buen profesional, buen ciudadano. Los hombres que aman son los que pasan a la historia, no los que buscan ocultar la verdad para su beneficio, o buscan el consenso para favorecerse, a esos les va bien diez, veinte años, y pasan, pero los que aman y viven en la verdad, pasan a la historia, hacen historia”.

“Jesús les advierte a sus discípulos que serán perseguidos por causa del Evangelio, que serán mal interpretados, como Fray Mamerto fue mal interpretado en su época. Él también sufrió calumnias y hoy en día las cosas de Dios son proscriptas, lo podemos ver en nuestras leyes, en las instituciones, en las escuelas, Dios está proscripto”, afirmó monseñor Urbanc.

En otro tramo de su predicación, exhortó a todos a “tener una experiencia de Dios, como la tuvo a lo largo de toda su vida fray Mamerto”. También expresó: “Ustedes, que lo conocen bien y estudian su vida, no tienen que ser como los que vienen a cumplir a los actos y siguen como si nada. Así vamos a homenajear bien a nuestro santo catamarqueño”.

En la presentación de los dones, junto con el pan y el vino, se acercaron al altar estampas de Fray Mamerto que fueron bendecidas y entregadas a los presentes. Luego de la bendición final, continuaron los actos de homenaje al fraile catamarqueño frente a la casa natal, donde se entonaron las estrofas del himno nacional y luego se concretó el desfile cívico militar.+

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