Mons. Bokalic: “La paz es posible donde el derecho de todo ser humano es reconocido”
“Hoy nos encontramos inmersos en la inmediatez de una información que supera en muchas ocasiones, la reflexión de esos mismos acontecimientos. Participamos como meros espectadores sin involucrarnos”, lamentó.
Tras señalar que “el conocimiento de los problemas y dificultades que vive el otro, no va siempre acompañado de una apertura de las conciencias en sentido solidario”, afirmó que “no debemos esperar situaciones límites, graves o extremas en todo orden, para recién reaccionar”.
En este sentido, el prelado consideró que “es indispensable que todos contribuyamos a crear conciencia para superar la indiferencia y establecer la cultura de la solidaridad”.
El obispo santiagueño recordó que “familias, educadores, comunicadores, intelectuales, artistas, pueden contribuir en la construcción de esa cultura. La indiferencia se puede vencer solamente afrontando juntos ese desafío” y subrayó: “La indiferencia, y la despreocupación, constituyen una grave falta al deber que tenemos todos y cada uno de nosotros como parte de esta gran familia humana, al bien común, de modo particular a la paz”.
“Ciertamente, la paz ha de ser conquistada. La paz no es un bien que se obtenga sin esfuerzos, sin conversión, ni sin creatividad y confrontación. Se trata de sensibilizar y formar en el sentido de responsabilidad respecto de las gravísimas cuestiones que afligen a la familia humana, como el fundamentalismo y sus masacres, las persecuciones a causa de la fe y la pertenencia étnica, las violaciones de la libertad y de los derechos de los pueblos, la explotación y la esclavización de las personas, la corrupción y el crimen organizado, las guerras, la injusta distribución de los recursos materiales y la irresponsable explotación de los recursos naturales, así como el drama de los refugiados y los emigrantes forzados”, precisó.
“La paz es posible allí donde el derecho de todo ser humano es reconocido y respetado, de acuerdo a la libertad y la justicia”, agregó.
Monseñor Bokalic sostuvo que “el mensaje de 2016 pretende ser un instrumento del cual partir para que todos los hombres de buena voluntad, actúen, conforme a las propias posibilidades y a sus mejores aspiraciones, para juntos construir un mundo más consciente y misericordioso, y por tanto más libre y más justo. Es un llamado a que el amor, la compasión, la misericordia y la solidaridad sean nuestro verdadero programa de vida, un estilo en nuestras relaciones de los unos con los otros”.
“Con los mayores deseos de un próspero Año Nuevo, lleno de paz, salud, pan y trabajo para todos, los saludo fraternalmente e imploro al Señor de Mailín que derrame abundantes bendiciones en sus vidas, y que la Virgen de Sumampa los proteja y acompañe a lo largo del año que iniciamos”, concluyó.+
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