Saidnaya (Siria) (AICA): Más alta que el enorme Cristo de Río de Janeiro, es la estatua de Jesús Salvador, en bronce y de 32 metros de altura, que fue erigida, el pasado 14 de octubre, en la legendaria montaña de los querubines en Saidnaya, a 20 kilómetros de Damasco en Siria. Gobierno y rebeldes acordaron suspender las acciones de guerra durante los tres días que llevó la erección de la composición escultórica llamada “He venido para salvar al mundo” que se puede ver perfectamente desde el Líbano, Jordania, Palestina e Israel, y es el símbolo de la esperanza de paz no solo en Siria, sino también en todo el Medio Oriente.
La estatua fue realizada por el escultor armenio Artush Papoian, con el apoyo de la Fundación rusa San Pablo y San Pedro.
“El proyecto de crear tal composición escultural surgió en 2005, antes de que en Siria se desencadenaran los trágicos sucesos que hoy tienen lugar en el país. Fue un gran proyecto enfilado al restablecimiento y fortalecimiento de los lazos espirituales de Rusia con los países de Oriente Próximo, explicó Samir El Gabban Shakib, director de la Fundación.
“El padre de la idea, dice Shakib, fue el bienaventurado Ignacio IV, entonces Patriarca de Antioquía y todo Oriente.
La escultura representa la imagen de la Segunda Venida. Con las dos manos Cristo bendice y al propio tiempo pisotea a una serpiente –símbolo del mal. A su derecha se encuentra Adán y a la izquierda Eva con la cabeza inclinada.
Con respecto al lugar elegido, explicó el director de la fundación en una entrevista con ‘La voz de Rusia’, fue el propio Patriarca de Antioquía quien escogió la montaña de los querubines. Los querubines son un símbolo del Antiguo Testamento, que se utiliza en el cristianismo y se acepta como lugar sagrado por los musulmanes.
El trabajo en el proyecto original duró ocho años y contó con la participación del clero de Siria, teólogos del monasterio de la Santísima Trinidad de Rusia y el escultor de Armenia.
Samir El Gabban Shakib relató que lo más difícil fue la última etapa ya que la instalación de la escultura transcurría durante las acciones armadas en Siria. Era imposible subir la maquinaria a la montaña ya que todos los caminos estaban bloqueados. Una parte estaba bajo control de los rebeldes y la otra permanecía controlada por el ejército de Siria. Era necesario alcanzar acuerdos con todas las partes para que permitieran el paso de la maquinaria.
El director de la Fundación San Pablo y San Pedro señala con elocuente satisfacción que lograron hacer pasar la maquinaria y además acordar con ambas partes que durante la instalación de la estatua no sonara un solo disparo. Y en el curso de tres días ninguna de las partes hizo disparos.
“Cristo es para todos, dijo finalmente, el mundo musulmán también espera la Segunda Venida y considera que precisamente Jesucristo descenderá en el alminar blanco de la mezquita de Isa Bey y entonces tendrá lugar la salvación de la humanidad. La imagen de la Segunda Venida es el símbolo de las tres religiones monoteístas. Queremos que el nombre de Cristo detenga el derramamiento de sangre en Siria. Y nuestra escultura, seguramente, es en el mundo la única escultura no del pasado, sino del futuro. Es la escultura de la espera de la venida de Cristo”.+
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