Mons. Lozano: “Vivamos la fe en la calles, en las periferias"
Tras indicar que “el Maestro nos envía a anunciar una Buena Noticia para toda la creación”, explicó que “esto significa que es un anuncio universal en dos sentidos: geográfico y antropológico”.
“En el primero nos hace mirar al mundo entero, a todos los pueblos y naciones, a todas las culturas. En este sentido apenas un tercio de la humanidad acogió esta buena noticia. Nos queda mucho por hacer”, especificó y agregó: “En el segundo sentido, se refiere a todas las dimensiones de la existencia humana”.
“El evangelio es buena noticia para nuestras relaciones con Dios, sana y redime nuestra dimensión religiosa. Pero también abraza al amor humano, la familia, el trabajo, la economía, la justicia, los bienes creados... y en esta dimensión también nos queda mucho para trabajar, para que el Evangelio no tenga miradas reduccionistas que lo arrinconen en una piedad intimista, encerrada e individualista”, subrayó.
El prelado recordó que “‘Vayan por todo el mundo’ es un mandato muy firme de Jesús. Peor no nos manda con una especie de voluntarismo propio de súper héroes, sino con la confianza en su promesa: ‘Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo’, y con la fuerza del Espíritu Santo” y precisó que “la misión la asumimos con sencillez y humildad de corazón, y con la andancia propia de quien tiene su apoyo en el amor de Dios. No estamos para pescar en la pecera, sino para asumir los desafíos de la evangelización.
El obispo señaló que “Francisco reitera lo que varias veces había dicho en Buenos Aires: ‘Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos’”.
“Debemos vencer la tentación de vivir la fe recordando con nostalgia las glorias del pasado, o poner ‘piloto automático’. Somos protagonistas de la evangelización de este tiempo concreto. Vivamos la fe en la calle, en las periferias geográficas y antropológicas”, sostuvo.
Por último, monseñor Lozano destacó que “el viernes pasado el obispo de La Rioja, Marcelo Colombo, cerraba la fase diocesana de investigación por el martirio de monseñor Enrique Angelelli, los sacerdotes Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias, y el laico Wenceslao Pedernera” e indicó que “el sábado que viene, 23 de mayo, será beatificado en El Salvador monseñor Oscar Romero”, por lo que pidió que “el ejemplo de estos pastores y fieles nos aliente a vivir en el servicio a los pobres y en la búsqueda de justicia”.+
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