Francisco: “En Medio Oriente se corre el riesgo de borrar a los cristianos”
“Medio Oriente hoy es una encrucijada de situaciones difíciles, de sufrimiento. Y también en Medio Oriente se corre el riesgo – no quiero decir la voluntad de alguien – el riesgo de borrar a los cristianos”, advirtió.
El pontífice hizo estas afirmaciones al recibir en audiencia en la Sala del Consistorio a los participantes de la 91ª Asamblea Plenaria de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (Roaco), que este año coincide con el 50º aniversario de su fundación.
En el discurso entregado, a quienes llama “queridos amigos”, el Obispo de Roma manifestó su alegría por este encuentro encabezado por el cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.
El Papa valoró los diversos proyectos impulsados por Roaco “gracias a la generosidad de muchísimos fieles en todo el mundo”, que permitieron a las diferentes Iglesias Orientales Católicas, “tanto en la madre patria como en la diáspora, desarrollarse y llevar adelante el testimonio evangélico”.
En este sentido, Francisco subrayó que ese testimonio ha supuesto una dura prueba para los cristianos orientales, pues, con frecuencia, se ha llevado a cabo “en medio de dolores y persecuciones, primero por parte de los regímenes totalitarios de Europa Oriental, y, de forma más reciente, en medio del fundamentalismo y del fanatismo que, con pretextos religiosos y de conflictos, parecen no querer cesar, sobre todo en Medio Oriente”.
“La solidaridad concreta que han mostrado se ha dirigido a las emergencias de las guerras y de las migraciones, pero, principalmente, ha sabido garantizar la vida de la Iglesia, la actividad pastoral y de evangelización, las obras sociales y asistenciales”, sostuvo.
El Papa también subrayó la misión esencial de las Iglesias Orientales, al afirmar que éstas “son testimonios vivos de los orígenes apostólicos, están llamadas de manera especial a custodiar y a difundir la llama pentecostal”.
“Están llamados cada día a redescubrir la misma presencia profética en cada lugar donde son peregrinos. Comenzando por Jerusalén, Ciudad Santa cuya identidad y vocación peculiar debe preservar, más allá de las tensiones y de las disputas políticas, la presencia de los cristianos como pequeño rebaño que obtiene del Espíritu la fuerza para la misión de dar testimonio, hoy más urgente que nunca”, agregó.
Con esta misión de los cristianos de Jerusalén presente, el pontífice pidió: “Que, de los lugares santos, donde el sueño de Dios se cumplió en la encarnación, muerte y resurrección de Jesucristo, llegue un renovado espíritu de fortaleza que anime a los cristianos de Tierra Santa y de Medio Oriente a comprender su vocación específica y a dar razón de la fe y de la esperanza”.
Francisco detalló que dentro de esa misión de “los hijos e hijas de las Iglesias Orientales Católicas” tiene especial peso el encargo de “custodiar su carga profética, de anuncio del Evangelio de Jesús, también en los contextos a menudo muy secularizados de nuestro Occidente, adonde llegan como migrantes y refugiados”.
Asimismo, pidió que “puedan encontrar acogida tanto en el ámbito práctico como en el ámbito de la vida eclesial, conservando y desarrollando el patrimonio de sus propias tradiciones”.
Francisco finalizó su discurso destacando que “gracias a la actividad de la Roaco, por medio de miradas y gestos de caridad que sostienen la vida de las Iglesias Orientales, el Sucesor de Pedro puede continuar su misión de búsqueda de posibles caminos hacia la unidad visible de todos los cristianos”.+
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