El panel contó con la participación de Julio Castro, secretario general del Sindicato de Obras Sanitarias de la provincia de Buenos Aires (Sosba); Humberto Podetti, abogado especialista en relaciones internacionales; y monseñor Enrique Martínez Ossola, obispo auxiliar de Santiago del Estero, quienes fueron moderados por Marta Arriola, coordinadora del proyecto Cuidadores de la Casa Común.
El cierre del panel estuvo a cargo de monseñor Jorge Eduardo Scheinig, obispo auxiliar de Mercedes-Luján y miembro de la Cepas.
Castro abrió expuso sobre la situación del agua, “como recurso primordial en la vida del ser humano”.
“Desde hace 70, 80 años que no se invierte en agua y se han dejado de hacer obras básicas en la Argentina, por eso hay tantos problemas. La falta de agua corriente afecta al más humilde, al más pobre y se relaciona directamente con la mortalidad infantil. Más déficit en los servicios de agua y cloaca, aumenta la mortalidad infantil. Más servicios, menos mortalidad”, afirmó.
“Queremos decirle a los gobiernos que hay una idea de cómo solucionar los problemas, hay que invertir y trabajar mucho. Tenemos esperanza que alguna vez nos escuchará y así podremos mejorar la calidad de vida de los bonaerenses, del agua se habla mucho, pero tiene un costo producir agua potable”, remarcó Castro. “Tenemos muchos problemas en la potabilidad en todo el país, y tenemos que tener en cuenta el concepto de huella hídrica porque se nos están llevando el agua de nuestro país. El recurso no sobra, sino que es escaso en más del 82% del país”, concluyó el secretario general de Sosba.
Podetti, a su turno, hizo referencia al tema del “sínodo de la Amazonia: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral” y expresó: “Me gustaría decirle a la ministra (Carolina) Stanley y a la gobernadora (María Eugenia) Vidal que hoy vemos amenazada la forma de vida de las personas si no abandonamos el paradigma tecno-económico en la vida de cada uno, y también en la organizaciones a las que pertenecemos. Es posible construir una nueva sociedad humana digna en la que todos los hombres sean propietarios, tenga acceso a la tierra y tenga trabajo digno”.
“Son los pueblos que hacen la historia. La familia es la célula original, por eso el ataque de los grandes organismos internacionales. Si no funciona la esterilización de la sociedad, el aborto puede ser una alternativa posible. El FMI impone el aborto. El sistema económico mundial hoy está construyendo desiertos culturales y biológicos”, enfatizó.
Monseñor Martínez Ossola hizo un recorrido histórico de la lucha del pueblo por mantener el equilibrio ambiental en el Cerro Famatina, y destacó el compromiso en la defensa del lugar del párroco Omar Quinteros, “al que se lo acusaba de violento y peligroso, por convocar y dialogar para el cuidado del lugar” junto a la gente de la parroquia.
“Hay un pueblo que en su mayoría está unido, que responde, y que apela a todas las medidas posibles para cuidar el cerro, bajo los lemas ‘Famatina resiste’ y ‘no hay futuro sin agua’. A pesar de todo, no podemos darnos de ganadores nunca, como pasa en la Argentina: tenemos vida, pero no sabemos hasta cuándo”, subrayó.
El prelado culminó su alocución homenajeando a los que luchan por Famatina y reafirmando el slogan “el agua no se toca y el agua vale más que el oro”.
Monseñor Scheinig cerró el panel y señaló que la Laudato si’ no es una encíclica verde, sino social “donde ambiente y persona, ambiente y pobres no es una relación formal o accidental, sino de fondo. Para el Papa la ecología integral debe integrar a la persona y especialmente a los pobres”.
“Hay una palabra que Francisco la propone a la Iglesia como una manera de vivir el ser cristiano: el discernimiento, es la forma que el cristiano tiene para vivir y resolver la vida concreta cotidiana. No dejaría las experiencias que escuchamos hoy como hechos, sino a la manera de discernimiento: son cosas que nos impactan en la interioridad que no podemos desoír y tienen un mensaje de Dios para nosotros”, aseguró.
Finalmente citó cuatro leyes expresadas que están en el fondo de la Laudato si’:
* Todo está conectado con todo. Hay una sola ecoesfera, lo que afecta a uno afecta a todos.
* Todo debe ir a parar alguna parte, no hay residuos. En la naturaleza no hay un afuera donde se pueda arrojar lo que sobra.
* La naturaleza es más sabia. Los cambios introducidos por la tecnología han sido en detrimento del ecosistema.
* No hay tenedor libre respecto a los recursos naturales por cada ganancia hay un costo. Y las deudas igual se pagan.
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