Mons. Stanovnik: “La fe en Jesús anima, ilumina y suma vida”
Recordó el nombre originario de la ciudad, San Juan de Vera de las Siete Corrientes, el cual se le debe a San Juan el Bautista y a los primeros pobladores, “que edificaron el pueblo sobre bases cristianas”. Unidos a esta fiesta, el pueblo celebra también las tradiciones de “las luminarias, la quema del muñeco y al tatá yehasá”, los cuales “están profundamente vinculados a la fuerza que tiene la vida sobre la muerte”, indicó monseñor Stanovnik.
Explicó la simbología de la tradición del fuego: “Allí echamos las oscuras tendencias que nos conducen al maltrato y desprecio del otro, a la descalificación e indiferencia del que piensa o actúa de modo distinto”. En oposición, se representa la vida “en el encendido de luminarias: así como la luz hace retroceder a las tinieblas, también nosotros estamos dispuestos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance alejar las amenazas que ponen en riesgo la vida de nuestro pueblo”, resaltó.
Monseñor Stanovnik destacó el “sentimiento natural” del hombre por la condición humana, aquella que “protege la vida” y siente “una natural resistencia a descartarla como quien se deshace de una cosa molesta”. “El ser humano, -prosiguió- independientemente de su cultura, de su opción política, o de la religión que profesa, percibe en lo más íntimo de su conciencia el rechazo a disponer arbitrariamente de su propia vida y más aún de la vida de su semejante. Esa repulsión se agranda cuando se trata de un ser humano indefenso como es el niño por nacer y la madre en circunstancias vulnerables que debió padecer ese embarazo”.
Retomó la primera lectura, donde el profeta Isaías indica: “El Señor me llamó desde el vientre materno”, y reflexionó: “Ninguna ley positiva puede atribuirse el derecho de destruir la vida humana, menos aún la que no puede defenderse por sí misma. Es siempre más razonable pensar cómo coordinar los esfuerzos entre todos para salvar “las dos vidas”, que permanecer enfrascados en una irracional confrontación”.
San Juan Bautista “fue acogido por una mujer que ya estaba entrada en años y probablemente su embarazo corría los riesgos comunes a esa condición”. Rogó que el santo patrono “nos enseñe a valorar toda vida, nos haga sensibles ante la marginalidad y desprotección en la que viven mucha de nuestra gente, y nos dé inteligencia y responsabilidad para priorizar programas que atiendan efectivamente a sus necesidades”.
Hizo una comparación entre la simbología de los rituales y la fe: “Jesús es la ‘luminaria’ para la vida de cada uno y para la vida de nuestro pueblo; el poder de Jesús quema esos ‘muñecos’ que se nos filtran en nuestros pensamientos, sentimientos y conductas, si estrechamos nuestra vida a la de Él; con Jesús atravesamos victoriosos esas ‘brasas’ que nos meten miedo y pretenden paralizar nuestro camino en la fe”, indicó.
Al finalizar, oró a San Juan Bautista: “Que nuestro Santo Patrono nos proteja del peligro de perder la memoria y dejarnos seducir por quienes también hoy, así como sucedía en el pasado, pretenden deconstruirnos para hacernos funcionales a intereses que no miran el bien de nuestra gente, sino a los suyos propios. Que San Juan Bautista bendiga a nuestros gobernantes y a todo el pueblo que fue puesto bajo su protección”.+
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