Mons. Frassia: El mandamiento más grande es el amor
“Para que nadie tenga dudas –explicó-, la esencialidad está en el espíritu, en la vida; como que también lo expresa, misteriosamente, Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre. Él viene a ser la síntesis del misterio, de lo divino y de lo humano”.
“Muchas veces -prosiguió el obispo- interpretamos mal, escuchamos mal, distorsionamos el valor y el sentido de las cosas. Muchas veces queremos borrar a Dios de nuestros proyectos, de nuestras leyes, de nuestra vida, de nuestra sociedad, como si Dios estuviera de más. Y así ponemos el acento en el segundo mandamiento, amando al prójimo como a uno mismo, sirviendo, aportando a la justicia, quitando el hambre de los pobres, trabajando por los demás ¡está perfecto! Pero una cosa no quita la otra.
En la vida hay que hacer síntesis y yo diría mucho más: la fuerza de Dios potencia el amor al hermano; el acercamiento a Dios enriquece el servicio ante nuestros hermanos. Pero el alejamiento de Dios empobrece, entristece y opaca la relación interpersonal entre los hermanos.
Si hay alguien que es el sujeto, en este caso seríamos nosotros, que nos dice “ama al prójimo como a ti mismo”, les puedo asegurar que muchas veces nosotros no nos sabemos amar, y como no sabemos amar en serio no sabemos amar a los demás.
Síntesis, plenitud, madurez. A Dios hay que dejarlo ser Dios en nuestra vida y que Dios nos siga iluminando para descubrir y reconocer en el otro a nuestro prójimo. Y saber que si nos alejamos de Dios perdemos el equilibrio; si perdemos el equilibrio nos vamos a perder y también en contra de los demás. Dios quiera que aprendamos en serio estos dos mandamientos apoyados en un único amor: Dios y el prójimo.+
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