Mons. Martorell: "Meditación sobre el final de los tiempos"
El prelado comentó las lecturas de este domingo (Daniel 12,1-3 y Marcos 13,24-32) que se refieren e ilustran sobre este acontecimiento.
"El tiempo escatológico -señaló- está marcado por un tiempo precedente de grandes sufrimientos que señalarán el fin de los tiempos actuales, dice el profeta Daniel. Serán tiempos difíciles como no los hubo antes y el evangelista nos habla de tiempos de tribulación. Es cierto que estas profecías se refieren también a acontecimientos de la historia concreta de Israel, como la persecución de los Judíos por parte de los paganos y la destrucción del Templo, pero no es menos cierto que también hacen relación al final de los tiempos actuales, a los que desde el nacimiento y la Pascua del Señor se encamina toda la humanidad hacia la segunda venida del Señor “cuando él vuelva al final en su gloria”.
"¿Cómo y cuándo sucederá esto?, se preguntó el prelado misionero. "Es el gran secreto de Dios, sólo Él lo sabe. Lo que sí sabemos es que las pruebas y sufrimientos deben prepararnos para el encuentro definitivo con el Señor, pues al no saber cuándo será, como él mismo nos lo aconseja, debemos 'velar y orar' porque no sabemos ni el día ni la hora. Y todos los acontecimientos de la vida se dirigen a ese tiempo y a esa hora".
"En ese día la liberación será plena, en cuerpo y alma -explicó monseñor Martorell-. Participará la materia, porque será el momento de la resurrección de los cuerpos, pues 'los justos resucitarán para la vida eterna' y 'brillarán como el fulgor del firmamento' y los que hayan contribuido a la salvación de los hermanos, serán como estrellas por toda la eternidad'. Esto está reservado para la Iglesia y para todos los hombres de buena voluntad, pero los que se hayan resistido a la gracia y al amor de Dios y del prójimo 'resucitarán para la ignominia perpetua'.
"Ambos, el Profeta y Jesús, hablan de los ángeles que estarán encargados de reunir a los elegidos de un extremo al otro de la tierra hasta el cielo. Ángeles y hombres serán elegidos y convocados para el encuentro glorioso con el Salvador. 'Entonces verán al Hijo del Hombre venir sobre las nubes con gran poder y majestad'. Es el esplendor de la gloria redentora del Señor, quien en la pobreza y el dolor redimió al hombre y que en su gloria y majestad lo juzgará al final de los tiempos. La Iglesia primitiva, enamorada del rostro del Señor y deseosa de encontrarse con Él, clamaba lo que hoy repetimos en la Eucaristía: 'Ven Señor Jesús', concluyó monseñor Martorell.+
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