“Hoy se entierra a un santo”, despiden los salesianos al misionero asesinado en Africa
La Eucaristía fue presidida por el obispo de Córdoba (España), monseñor Demetrio Fernández y concelebró monseñor Miguel Ángel Olaverri, obispo de Punta Negra (República Africana del Congo”. Entre las autoridades civiles que asistieron se encontraba el delegado de la Junta, Antonio Repullo; el alcalde de Pozoblanco, Santiago Cabello; el alcalde de Dos Torres, Manuel Torres; la parlamentaria Isabel Albás y el diputado provincial del PP Andrés Lorite.
En su homilía, el prelado subrayó que el ejemplo del Padre Antonio César nos muestra que “la vida es para darla y que cuando la vida llega a su plena donación alcanza su verdadero sentido”.
Recordando el gran bien que el padre César Fernández hizo para la familia salesiana, el obispo expresó: “Hoy se entierra un santo”. En efecto, su santidad fue la de todos los días, la de un vida entregada a plenitud a los pobres, a los jóvenes. Vivió una santidad que los salesianos llamamos la “santidad ordinaria”. “Si durante su vida ha sido un gran apóstol en su muerte lo ha sido más”.
Además, destacó la gran importancia que el misionero dio a la promoción de los niños y jóvenes más pobres que viven en tierras de misión, sabiendo llevarles la alegría de ser amigo de Jesús.
“No olvidemos nunca al padre César, dijo finalmente monseñor Fernández, su incomparable testimonio de humanidad, su entrega, su sencillez, su disponibilidad salesiana, su espíritu misionero de predilección por los últimos a los que anunció a Jesucristo y su devoción entrañable a la Virgen bajo la advocación entrañable de Auxiliadora. Queremos dar gracias al Señor por el testimonio de su vida. Y quiera el buen Dios que esta sangre derramada en tierra Africana sea semilla de cristianos seguidores fieles de Jesucristo”.
El padre Ángel Asurmendi, provincial de la Inspectoría María Auxiliadora de los Salesianos en España, dirigió a la familia del misionero las siguientes palabras. “Nunca podremos pagar por darnos una persona valiente, entregada, tenaz y humilde, que nos ha hecho muy bien, un bien que no muere y que todavía dará muchos frutos”.
Los jóvenes del Centro Juvenil decoraron el féretro del misionero con una guirnalda hecha con mensajes de paz, como signo de agradecimiento por su trabajo y entrega por los jóvenes del mundo. En seguida cantaron una canción en homenaje a la Virgen.
Al finalizar la Santa Misa, los restos del Padre Antonio César fue traslado en hombros por sus hermanos salesianos al panteón de los Salesianos en el cementerio de Nuestra Señora de Los Dolores de Pozoblanco, la localidad donde nació el misionero hace 72 años. +
El ataque que terminó con el asesinato del Padre César Fernández forma parte de la ola de violencia que asola Burkina Faso desde el año 2015 cuando la amenaza terrorista se ha vuelto más intensa y no para crecer. +
Publicar un comentario