"Es cierto -consideró- que esta enseñanza puede parecer casi imposible de cumplir en el contexto en el que vivimos, caracterizado por 'el ojo por ojo', o por la indiferencia y el individualismo creciente que lamentablemente se van dando como normales en nuestra cultura.
"Estas actitudes que van empobreciendo nuestra vida social se dan en numerosas formas de relacionarse que, en lugar de acercarnos, nos van alejando de los demás. Y los peores ejemplos de violencia, mezquindad y avaricia se dan en los que tienen más poder y dinero. No podemos generalizar, pero si estamos mal en muchos aspectos de nuestra Patria, es porque los que tienen poder y ocupan lugares de conducción no tienen suficientemente en cuenta el bien común. ¿Cómo puede ser que se sucedan en el gobierno los unos y los otros y, la pobreza, la droga -para señalar algunas de las plagas actuales- sigan creciendo?"
"Tenemos además -continuó- una gran incapacidad para sentarnos a discutir, para comprender y encarar estas situaciones y tantas otras que van dañando nuestra sociedad. Las grietas aparecen cada vez más profundas.
"En este contexto, parece utópico hablar de la posibilidad de respetar la disidencia, de escucharnos los unos a los otros, aun con los que piensan diferente o que tienen otro punto de vista", y citando al papa Francisco en su primera exhortación apostólica "Evangelii gaudium", señaló que "mientras que en el mundo, especialmente en algunos países, reaparecen diversas formas de guerras y enfrentamientos, los cristianos insistimos en nuestra propuesta de reconocer al otro, sanar heridas, construir puentes, estrechar lazos y ayudarnos a llevar las cargas”. Además, hoy surgen muchas formas de asociación para la defensa de derechos y para la consecución de nobles objetivos. Así se manifiesta una sed de participación de numerosos ciudadanos que quieren ser constructores del desarrollo social y cultural".
El Evangelio de este domingo -concluyó- es una invitación a amar a todos, aun a los que nos odian. Nos propone que la apertura y el diálogo con todos es la respuesta para sanar tantas heridas, odios, violencia e indiferencia en nuestra sociedad. Los cristianos estamos llamados a ejercer este servicio desde los lugares en que estemos".+
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