El obispo diocesano, monseñor Joaquín Gimeno Lahoz, destacó que, “tras el proceso desarrollado en 1992, nos dimos cuenta que tenemos que ensanchar la calle por donde evangelizar”. Su obispo auxiliar, monseñor Roberto Álvarez, tiene el cargo de relator general del sínodo.
“Hace poco celebramos con gratitud y alegría los 60 años de la diócesis”, relató monseñor Gimeno. En este sentido, señaló que “el camino pastoral misionero, catecumenal, orgánico y participativo que recorremos hace tiempo, hay que agrandarlo”. “Desde esta gracia dada y desde la fe recibida, agradecemos al Señor todo lo que nos ha concedido en nuestra joven historia diocesana”.
El obispo chubutense definió al sínodo como “un tiempo de conversión personal y comunitaria para todos los diocesanos. La conversión implica arriesgar y, abandonando nostalgias, vivir en esperanza, desprendernos de pesimismos, y a la vez, renunciar a nuestras seguridades”.
Es que el sínodo, continuó el prelado, “llama a renovar nuestra comunidad en comunión, conscientes de que todos los miembros del Pueblo de Dios, cada uno a su modo, participamos del triple oficio de Cristo, como sacerdote, profeta y rey”.
El presbítero Elio Ricca, párroco de Cristo Rey, de Rada Tilly, mencionó su tarea como moderador del sínodo en los primeros pasos del 2017: “Los mensajeros visitaron a las familias de las zonas parroquiales en tres oportunidades. En la primera visita, con la carta del obispo a las familias, en la que les anunciaba que se iba a realizar el Sínodo y que serían invitadas a participar y hacer sus aportes. En la segunda visita llevaron a las familias una hoja con las consignas y preguntas propuestas para la consulta para que puedan dar su opinión sobre temas importantes en relación a la vida y a la fe de la comunidad. Finalmente, en la tercera visita se recogieron las respuestas”.
Luego, Susana Gago, secretaria general del sínodo chubutense, compartió sus impresiones sobre la tarea de tabular los datos, un proceso extenso que rinde sus frutos en favor de la Iglesia y su misión.
Entre las propuestas, los encargados del sínodo diocesano destacaron la necesidad de promover el kerigma, renovar las estructuras: “para la formación en corresponsabilidad, enamorándome de Cristo y asumiendo la complejidad de la realidad pastoral”. Asimismo, consideran importante “estar en sintonía en criterios y conceptos doctrinales y pastorales, con docilidad al Espíritu Santo para estar con Jesús en la oración y con Él salir al encuentro de los hermanos necesitados, entre otras cuestiones que fueron surgiendo en los distintos encuentros”.+
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