El prelado de San Martín comenzó su reflexión dominical haciendo memoria sobre una anécdota con sus compañeros sacerdotes, cuando intentó alzar una oveja, pero su mamá no lo dejó. En este sentido, reflejó cómo el Jesús, que es el “Buen Pastor”, nos cuida de este modo.
“Jesús es el Buen Pastor que conoce, cuida, conduce a la vida en abundancia y da su vida por sus ovejas, que somos nosotros”, aseguró monseñor Moon, y preguntó a la comunidad: “¿Te reconoces necesitado de la protección de Jesús el Buen Pastor? ¿de su amor?”, o bien, “¿te arreglas solo sin Él?”.
Sobre esto, el obispo auxiliar de San Martín dijo: “¡Qué importante sería que te dejes cuidar, guiar por el Buen Pastor!”. Por este motivo aconsejó “escuchar su voz distinguiéndola de otras voces que te desvían, que muchas vienen por los medios de comunicación”.
A continuación, monseñor Moon relató el salmo del día: “El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. El me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo…Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida”, para hacer referencia a las consecuencias seguir “al Buen Pastor”.
Por consiguiente, luego será el turno de invitar “a presentarle otras ‘ovejas’ para que también ellas sean cuidadas, protegidas y amadas por Él”, destacando la importancia de “cuidarnos y acompañarnos entre nosotros”.
“El espacio por excelencia donde Jesús el Buen Pastor nos reúne, nos habla, nos nutre, es la misa dominical que también es el lugar de comunión fraterna, y que sería nuestra ‘comida familiar’ de fin de semana”, explicó el prelado, invitando a la comunidad diocesana a participar de la Eucaristía.
Al concluir, mencionó a los jóvenes, a quienes el Buen Pastor llama especialmente, a que “consagren su vida y su amor para proteger y cuidar el rebaño del Señor con toda la delicadeza ¡Necesitamos muchos de estos pastores!”, dijo, incentivando a las nuevas vocaciones, y convocó a sus familias a animarlos, porque “¡Amar de esta manera es apasionante y hermoso!”, concluyó.+
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