Se trató de una semana de ejercicios espirituales en la cálida casa ubicada al norte de la diócesis, de la que participaron diáconos pertenecientes a la basílica Nuestra Señora de los Dolores; a las parroquias Nuestra Señora de Schöenstatt, San Juan Pablo II, San Francisco Javier, Nuestra Señora del Carmen de La Cumbre, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, y a los Santuarios de Nuestra Señora del Tránsito - Santo Cura Brochero y San Roque.
Los participantes son esposos, padres de familia y algunos abuelos. Con sus ocupaciones civiles y temporales, han entregado su vida a servir a la Iglesia particular de Cruz del Eje. Dedicados a la atención de enfermos, visita a la cárcel, catequesis, Cáritas, Liturgia y fundamentalmente animadores de comunidades.
Durante una semana, estos hombres se convocaron para una renovación espiritual, limpiar el corazón y el alma con oración, reflexiones, adoración del Santísimo Sacramento y celebración de la Eucaristía, con doce horas diarias dedicadas a un fuerte encuentro con Jesús, para amarlo y dejarse amar y limpiar por su misericordia.
El predicador del retiro fue el padre Daniel Peralta, párroco de San Antonio de Padua, de Capilla del Monte, quien tuvo a cargo las charlas, meditaciones y reflexiones sobre dejarse encontrar por Jesús, salir a su encuentro y estar dispuestos a ser misioneros del Amor de Dios a todos los que lo necesiten.+
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