Durante la Audiencia, el Santo Padre señaló que en la Solemnidad de Pentecostés comienza una nueva etapa en el camino iniciado por la Renovación Carismática hace 52 años.
Asimismo, el Santo Padre en nombre de la Iglesia, agradeció a la ICCRS (International Catholic Carismathic Renewal Services) y a la Fraternidad Católica por la misión realizada en estos casi 30 años: “Vosotros habéis marcado el camino y habéis permitido, con vuestra fidelidad –precisó el Papa– que Charis sea hoy una realidad. ¡Gracias!”, expresó.
“Gracias también al equipo de cuatro personas a quienes encargué la concretización de este nuevo y único servicio”, agregó el Pontífice; y al Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en la persona del Cardenal Farrell, que los ha acompañado.
Hoy, señaló Francisco, comienza una nueva etapa en este camino. “Una etapa señalada por la comunión entre todos los miembros de la familia carismática, donde se manifiesta la presencia poderosa del Espíritu Santo para bien de toda la Iglesia. Esta Presencia hace que todos sean iguales, porque todos y cada uno ha nacido del mismo Espíritu; grandes y pequeños, con muchos años o recién nacidos, comprometidos a nivel universal o local, forman el todo, que es superior a la parte”.
En ese sentido, los animó a no tener miedo, ya que “las novedades de Dios son siempre de bendición, porque proceden de su corazón amoroso”, y advirtió sobre la tentación de decir: “Estamos bien como estamos, lo estamos haciendo bien, ¿por qué cambiar? Dejémoslo como está; nosotros sabemos cómo se hace”.
“Este pensamiento no viene del Espíritu, al menos no del Espíritu Santo, tal vez del espíritu del mundo… No caigan en ese error. «Yo hago nuevas todas las cosas», dice el Señor”, recordó.
El Santo Padre destacó que este servicio es único. “Un servicio para todas las realidades carismáticas que el Espíritu ha suscitado en el mundo. No un organismo que sirve a algunas realidades y otro organismo que sirve a otras realidades”.
“Servicio. No gobierno. A veces, sucede en las asociaciones humanas, sean seculares o religiosas, existe la tentación de ir siempre en busca de beneficios personales. Y la ambición de ser visto, de dirigir, de dinero; siempre así: la corrupción entra así, ¿eh?”, alertó. “Servicio, siempre servicio. Servicio no significa obstrucción: el diablo entra por los bolsillos. Servicio significa dar: dar, dar, darse, darse”, sostuvo.
Finalmente, llamó a la comunión: “Todos con un mismo corazón vuelto al Padre para dar testimonio de la unidad en la diversidad. Diversidad de carismas que el Espíritu ha suscitado en estos 52 años”, expresó, recordando que se trata de una familia donde hay un solo Dios Padre, un solo Señor Jesucristo y un solo Espíritu vivificante. “Una familia en la que un miembro no es más importante que otro, ni por edad, ni por inteligencia, ni por sus capacidades, porque todos son hijos amados del mismo Padre”.
Y enumeró tres elementos: “El Bautismo en el Espíritu Santo, la unidad del Cuerpo de Cristo y el servicio a los pobres son el testimonio necesario para la evangelización del mundo, a la que todos estamos llamados por nuestro bautismo”. En ese sentido, concluyó: “Evangelizar es amar. Compartir el amor de Dios por todos. Se pueden crear organismos para evangelizar, se pueden hacer planes pensados y estudiados cuidadosamente: ¡Si no hay amor no sirven para nada! ‘Mirad cómo se aman’”.+
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