Ser discípulo, una elección “libre y consciente, hecha por amor”

Ciudad del Vaticano (AICA): En el mediodía del domingo 30 de junio, al rezar la oración del Ángelus, asomado a la ventana del Palacio Apostólico Vaticano, el papa Francisco anunció a los fieles presentes en la Plaza San Pedro: “La Iglesia, para seguir a Jesús, es itinerante y va de prisa, lo hace de inmediato, es decidida”, al describir a los tres tipos de discípulos que siguen a Jesús en el relato evangélico de San Lucas.
Asomado a la ventana del Palacio Apostólico Vaticano, el papa Francisco rezó la oración del Ángelus en el mediodía del domingo 30 de junio ante la multitud de fieles presentes en la Plaza San Pedro.

El Santo Padre desarrolló su reflexión a partir de la respuesta de los tres personajes narrados en el Evangelio de Lucas, en el relato del último viaje de Jesús a Jerusalén. Se trata de “una larga marcha no sólo geográfica y espacial”, dijo el Papa, “sino espiritual y teológica”, “hacia el cumplimiento de la misión del Mesías”.

En este sentido los describió como “tres casos de vocación”, que quieren seguir a Jesús hasta el final. El primer personaje promete al Maestro seguirlo a donde vaya. El segundo, le pide ir primero a enterrar a su padre. Y el tercero, que también quiere seguir a Jesús, va a despedirse antes de sus parientes.

Al referirse al primer caso, Francisco habló de “la pobreza absoluta de Jesús”, que “dejó la casa de su padre y renunció a toda seguridad para anunciar el Reino de Dios a las ovejas perdidas de su pueblo. Así señaló a sus discípulos que nuestra misión en el mundo no puede ser estática, sino itinerante: el cristiano es un itinerante. La Iglesia por su propia naturaleza está en movimiento, no es sedentaria ni se queda tranquila en su propio recinto. Está abierta a los horizontes más vastos, enviada a llevar el Evangelio por las calles y llegar a las periferias humanas y existenciales”, sostuvo el Pontífice.

Luego habló sobre el segundo caso, donde hay una petición, “legítima”, basada en el mandamiento de honrar al padre y a la madre. Pero el Señor responde: “Deja que los muertos entierren a sus muertos”. En este caso, Jesús afirma la primacía de la proclamación del Reino de Dios: “La urgencia de comunicar el Evangelio, que rompe la cadena de la muerte e inaugura la vida eterna, no admite demoras, sino que requiere prontitud y disponibilidad. Es decir, la Iglesia es itinerante, y aquí la Iglesia es decidida, presurosa, rápida, al momento, sin espera”.

Por último, describe al tercer personaje quien va “con la condición de" despedirse antes de sus parientes y el Maestro le dice: “El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”. En este sentido, Francisco explicó: “Seguir a Jesús excluye las nostalgias y las miradas retrógradas, más requiere la virtud de la decisión. La Iglesia, para seguir a Jesús, es itinerante y va de prisa, lo hace de inmediato, es decidida”.

Al concluir, Francisco resumió que ser discípulos de Cristo es una elección “libre y consciente”, “hecha por amor”, que requiere “itinerancia, prontitud y decisión”, “y no una manera para promoverse a sí mismo. ¡Es triste esto! Es decir, para hacer carrera, para sentirse importantes o para adquirir un lugar de prestigio” lamentó. “Jesús quiere que seamos apasionados por Él y por el Evangelio. Una pasión del corazón que se traduce en gestos concretos de proximidad, de cercanía a los hermanos más necesitados de acogida y cuidado. Precisamente como Él mismo vivió”.

Francisco finalizó su catequesis pidiendo a la Virgen María, “icono de la Iglesia en camino”, que “nos ayude a seguir con alegría al Señor Jesús y a anunciar a nuestros hermanos y hermanas, con renovado amor, la Buena Nueva de la salvación”.+

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