Mons. Ojea destaca la responsabilidad del médico en el cuidado de la vida


Mons. Ojea destaca la responsabilidad del médico en el cuidado de la vida




San Isidro (Buenos Aires) (AICA): El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, destacó la “indiscutida” capacidad de los médicos argentinos, pese a que pueden pasar momentos de zozobras o de falta de insumos, entre otras falencias, al saludarlos en su día. Tras recordarles que “tienen la responsabilidad del cuidado de la vida, que tienen una cercanía tan grande con la vida en ese servicio a la vida humana, que es sagrado”, aseguró que el médico “con vocación, de alma” se enriquece humanamente con cada paciente.

El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, destacó la “indiscutida” capacidad de los médicos argentinos, pese a que pueden pasar momentos de zozobras o de falta de insumos, entre otras falencias, al saludarlos en su día.

“Vivimos un tiempo de diversificación de la medicina. Se han diversificado las especializaciones y en esto hemos crecido en cuanto a la calidad de ciertos servicios, pero, sin embargo, como pasa mucho en nuestra cultura, se ha deshumanizado nuestra relación con el médico”, lamentó en un mensaje para la ocasión.


“Muchas veces vemos al médico, cinco minutos, diez minutos, se nos indica unos análisis. Entonces aparece cada vez más la necesidad del médico integral, de la medicina integral, del médico que conozca profundamente la persona y que pueda responder a su inquietud. El médico que pueda hacer bien su interrogatorio y para eso se necesita un poco de tiempo”, reconoció.


El prelado saludó a los médicos que, afirmó, “tienen la responsabilidad del cuidado de la vida, que tienen una cercanía tan grande con la vida en ese servicio a la vida humana, que es sagrado”.


Tras subrayarle su “responsabilidad, que seguramente la saben y la conocen”, señaló que “un médico con vocación, un médico de alma, cómo se enriquece humanamente con cada paciente, que es cada enfermedad, porque cada enfermedad es un paciente, no hay enfermedades sino pacientes, cómo se enriquece el corazón de un médico de vocación, en este trato más personal y más íntimo, con la realidad de cada enfermo”.


Por último, monseñor Ojea pidió al Señor que “siga regalándonos buenos médicos, buenos profesionales y que cada vez vayamos perfilando, en esta vocación, la necesidad del médico integral, del médico que se ocupa de toda la persona y del médico que también está atento a las realidades familiares”.+



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