Mons. Martorell animó a buscar siempre “la voluntad de Dios, lo bueno, lo perfecto”

Mons. Martorell animó a buscar siempre “la voluntad de Dios, lo bueno, lo perfecto”

Puerto Iguazú (Misiones) (AICA): “Seguir a Cristo implica la cruz, la cruz de Cristo y la propia cruz. Sería iluso pensar en seguir a Cristo sin llevar con Él la cruz”, señaló el obispo de Puerto Iguazó, monseñor Martorell en su reflexión sobre las lecturas del Evangelio del domingo 3 de septiembre. “Este domingo la liturgia nos pone ante la realidad de la lucha espiritual por hacer la voluntad de Dios”, explicó el obispo.
“Seguir a Cristo implica la cruz, la cruz de Cristo y la propia cruz. Sería iluso pensar en seguir a Cristo sin llevar con Él la cruz”, señaló el obispo de Puerto Iguazó, monseñor Martorell en su reflexión sobre las lecturas del Evangelio del domingo 3 de septiembre. “Este domingo la liturgia nos pone ante la realidad de la lucha espiritual por hacer la voluntad de Dios”, explicó el obispo.

“Las consecuencias del pecado original, dijo monseñor Martorell, entrañan para el hombre una constante lucha contra el mal. El cristiano lucha para vivir el bien y debe renunciar a muchas cosas que le presenta el mundo”.

El obispo de Puerto Iguazú señaló que “en nuestros días se rechaza el dolor y se busca evitarlo, incluso suplirlo por el placer”, pero monseñor Martorell insistió en: “Cuánto bien nos haría comprender que el dolor y el sufrimiento, el hambre y la exclusión, las injusticias fruto de la soberbia y el desinterés por los hermanos, cuando están unidos a la pasión de Cristo adquieren un sentido salvífico, nos purifican y nos llaman más fuertemente a la conversión para gozar del Amor de Cristo, ahora y más tarde, al final, cuando sólo nos pregunten por el amor”.

Sobre el texto de Mateo del Evangelio del día, el obispo explicó que Pedro -con la misma fuerza con que lo confesó Mesías e Hijo de Dios- rechaza el anuncio de la pasión hecho por Jesús. ¿Cómo es posible que el Mesías que viene a liberarnos debía sufrir mucho a causa de los hombres y después morir?

“Es el razonamiento propio de cualquiera, reflexionó monseñor Martorell, sobre todo de alguien que amaba a Jesús como lo amaba él”. Pero la respuesta de Jesús sobre la opinión de Pedro es contundente y dura: “quítate de aquí Satanás que me haces tropezar, tú piensas como los hombres, no como Dios”. Este es el pensamiento de los hombres, no el de Dios. Es la lógica del hombre que por naturaleza rechaza el sufrimiento. Jesús tenía que sufrir mucho para redimir al mundo del pecado. Así lo ha establecido el Padre. Esta es la lógica de Dios y por eso no encaja en la lógica de los hombres ni en la de Pedro.”, explicó el obispo de Puerto Iguazú.

“Hermanos, seguir a Cristo implica la cruz, la cruz de Cristo y la propia cruz”, subrayó el obispo. “En nuestros días se rechaza el dolor y se busca evitarlo, incluso suplirlo por el placer. Cuánto bien nos haría comprender que el dolor y el sufrimiento, el hambre y la exclusión, las injusticias fruto de la soberbia y el desinterés por los hermanos, cuando están unidos a la pasión de Cristo adquieren un sentido salvífico, nos purifican y nos llaman más fuertemente a la conversión para gozar del Amor de Cristo, ahora y más tarde, al final, cuando sólo nos pregunten por el amor”.

“Que María al pie de la Cruz nos lleve a amar nuestras propias cruces y convertirlas en ocasiones de gracia y amor”, concluyó.

Texto completo de la homilía

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