Monseñor Adolfo Canecín, obispo de Goya y asesor regional para la vida consagrada, acompañó el encuentro que se realizó en Formosa. Participaron unos 70 religiosos de las filiales de Corrientes, Formosa, Goya, Iguazú, Oberá, Posadas, Reconquista, Resistencia, San Roque y Santo Tomé.
El tema de la asamblea fue: “Trabajo en redes para intervenir en situaciones de riesgo que vulneran a las personas. Abordaje de abuso sexual de niños, niñas y adolescentes”, y estuvo desarrollado por María Lourdes Molina, psicóloga y doctora en Ciencias Penales.
La hermana Elbecia Pachado de la Congregación de las Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas, señaló que “en sintonía con la llamada del Papa (cuando se refirió a la ‘Iglesia en salida’), e inspiradas por el lema de la vida religiosa latinoamericana (‘Salgamos a prisa al encuentro de la vida que clama’), compartimos, celebramos y trabajamos durante cuatro días en comunión de carismas dentro de nuestra Iglesia”, explicó.
Las comunidades religiosas del NEA en su misión diaria, afirmaron que “venimos confrontadas constantemente con situaciones que ponen en riesgo la vida”, para ello, decidieron para los próximos tres años “poner el acento en el cuidado de niños, adolescentes y familias víctimas de violencia, abuso, adiciones y trata. Además, toda vulnerabilidad se acentúa al extremo en nuestro entorno circundado por la triple frontera”, relataron”.
Molina se centró en el abuso sexual infanto-adolescente y las intervenciones posibles. Partiendo de “las cuatro C” (corazón, cabeza, coraje, cuidado), marcó los ejes de una comunidad en salida, clarificó la relación no determinante pero sí condicionante de violencia y ámbitos de pobreza, e incidió en ámbitos y modos de intervención.
Las consagradas del NEA reflexionaron sobre la transmisión intergeneracional, lo que transmiten las estadísticas, y se clarificó cómo detectar indicadores y cómo valorar y abordar los diversos casos.
Trabajaron en evaluaciones, derivaciones y acompañamientos, conjugando los casos reales que muchas religiosas están abordando diariamente, y se profundizó en los mapas familiares (genograma), la realización de informes y el protocolo de intervención.
Al finalizar el encuentro, las consagradas renovaron el compromiso de seguir acompañando a los más vulnerables, trabajar en red, ofrecer respaldo personal e institucional, dedicar energías en la prevención y sensibilización y, especialmente, en crear y fortalecer vínculos con las familias y las víctimas. Monseñor Adolfo Canecín las animó a seguir en “este compromiso con los más pobres, como Iglesia en salida”.+
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