La jornada se inició a las 15 con una concentración en la ruta 9, a la altura del paraje San Marcos, donde se encuentra el monolito levantado en honor a monseñor Sueldo. Luego se rezó un responso en el Huerto de los Obispos, donde se encuentra la tumba. Asistieron familiares, además de comunidades eclesiásticas y sociales, y delegaciones de la parroquia Espíritu Santo y la catedral.
"Hoy damos gracias a Dios por el pasaje que tuvo monseñor Sueldo por esta diócesis, en un tiempo muy especial que le tocó vivir, de conmoción social, en el que la patria también pasaba momentos difíciles", dijo monseñor Bokalic.
Lo recordó como "una voz señera, una voz valiente, una voz audaz, una presencia de pastor. Fue fundamentalmente pastor, con todo lo que eso significa. No fue líder de un movimiento, hizo un camino para predicar y estar presente".
Anunció que un profeta es “aquel que anuncia, aquel que señala la presencia de Dios en su pueblo, aquel que le hace recordar permanentemente la alianza y los gestos salvadores y liberadores”, a ejemplo de Josué. “Aquel que recuerda, hace memoria, denuncia los males y las idolatrías y el desvío de las personas porque ha abandonado al verdadero Dios”, agregó.
Evocó cuánto ha madurado la sociedad de Santiago del Estero: “En 20 años hemos crecido como Iglesia servidora, cercana a los pobres, misionera y comunitaria”. Como monseñor Sueldo, “que soñaba con una Iglesia que madure, que sea pueblo de Dios, que no sea el obispo solamente, sino acompañado por los sacerdotes, los consagrados y por el pueblo también”.+
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